- Tras el Imacec de mayo y el ajuste en las proyecciones de Hacienda, ¿es fundamental compatibilizar las reformas con la inversión?
- Absolutamente, hay que hablar abiertamente de un cambio de rumbo respecto a lo que ha hecho el gobierno en estos quince meses, dejar la retroexcavadora para las obras de construcción y no para las obras de destrucción, que es lo que se había planteado inicialmente.
Es necesario un cambio importante como el que ha tenido, por ejemplo, el gobierno brasileño que reorientó completamente sus políticas económicas después de la reelección de Dilma Rousseff para preservar el grado de inversión del país y generar condiciones estables para reponer el crecimiento en el fututo y ojalá pronto.
Obviamente, la situación en Chile es mucho menos dramática, pero es algo necesario y sobre todo cuando mirando a 2016 se ven algunas nubes que pueden ser complicadas.
- ¿Qué tipo de complicaciones, internas o externas?
- Hay una serie de contingencias que pueden hacer que, además de los problemas de origen interno que hemos tenido el año pasado y éste, en 2016 veamos algunos en el ámbito externo.
La situación de China no está para nada clara, esta fuerte caída que ha habido en la bolsa podría tener consecuencias adicionales en esta economía que es nuestro principal socio comercial; hemos visto como el precio del cobre ha caído en los últimos días; hay una situación bastante complicada en Europa con el caso de Grecia; probablemente el precio del petróleo va a ser algo más alto el próximo año que éste.
Todo esto, evidentemente hace aún más necesario que se tomen medidas para generar condiciones para que la economía evite, incluso, la posibilidad de una recesión en 2016 y para esto es determinante restablecer las condiciones para la inversión y la confianza en general.
- Si no se toman medidas, ¿en 2016 veremos un escenario de crecimiento aún peor a lo que se espera para este año?
- Estoy convencido de que si todo sigue igual internamente en materia del manejo y la orientación de las políticas y no hay un cambio de rumbo, el año que viene, probablemente, vamos a crecer menos que este año.
En ese sentido, no comparto lo planteado en la última encuesta (de expectativas económicas) del Banco Central, donde para el próximo año se ve un repunte a 3,4% de crecimiento. Creo que no hay ninguna posibilidad de que eso ocurra si es que no hay un cambio de condiciones internas importante.
- En esa línea, ¿cuáles son las medidas que debería tomar el gobierno?
- Debe haber una intención clara de mejorar la reforma tributaria, por ejemplo (...) No se trata de que la recaudación sea menor a la prevista, sino de recaudar lo mismo pero con un sistema mucho más simplificado y que penalice mucho menos la inversión de lo que está haciendo ahora.
Por otra parte, en la reforma laboral hay áreas que están fuera de la discusión y que tendrían que abordarse, como por ejemplo la flexibilización, en términos de favorecer la participación de las mujeres, contratos y jornadas más flexibles, es decir, acciones que tiendan a un aumento del empleo en el mediano plazo.
Y, finalmente, si bien es absolutamente legítimo plantear cambios a la Constitución, creo que hay que anunciar claramente cuáles son los cambios que se quieren hacer y cómo se llevarán a cabo.
Discrepo de la interpretación de que no se pueden hacer reformas en un escenario como éste. El real problema es que se hacen malas reformas, tanto en la forma como en el fondo.