Una nota de alerta puso ayer BBVA Research sobre el desafío que puede representar para el Ministerio de Hacienda concretar el gasto en capital contemplado en la Ley de Presupuesto para este año. A la fecha, precisó un informe de la entidad, se han ejecutado aproximadamente US$ 3.300 millones de los más de US$ 11.000 millones contemplados.
“Hay mucho trabajo pendiente”, señaló el reporte.
El gasto del gobierno central total creció 7,7% real en mayo, comparado con igual lapso de 2014, acumulando un incremento de 8,4% en los primeros cinco meses del año. El incremento estuvo liderado por el componente corriente, más vinculado a consumo de gobierno, que creció 8,9% real anual, mientras que el gasto de capital o inversión pública creció un “magro” 1,9% real anual, dijo BBVA.
Así, a mayo se ha ejecutado un 37% del presupuesto, cifra levemente inferior a lo observado en el mismo período de 2014 (37,2%), pero la ejecución de la inversión alcanzó 29,2% de lo previsto, el registro más bajo desde el año 2012.
De todas formas, BBVA ve “posible” alcanzar el objetivo de una ejecución marginalmente superior a 100% del Presupuesto, en cuyo caso, el gasto total cerraría 2015 con una expansión levemente inferior a 8% real anual.
¿Qué pasará sin estímulo fiscal?
Pero BBVA no fue la única entidad financiera en analizar la marcha de la ejecución del presupuesto a mayo. Banchile y EuroAmerica también hicieron un zoom a los números.
En el primer caso, la entidad planteó que para ejecutar el 100% del erario este año es necesario que esta partida crezca en promedio 3,9% año/año real en lo que resta del ejercicio, cifra inferior al 5,7% promedio observado en 2014.
“Por lo tanto -agregaron-, un impulso fiscal que debiese comenzar a retirarse plantea un importante desafío en materia de crecimiento de cara a segundo semestre, en un contexto de expectativas pesimistas y prácticamente nulo espacio para una política monetaria más expansiva”.
EuroAmerica, por su parte, se preguntó sobre lo que sucederá con el crecimiento del PIB en 2016 si el gasto fiscal debe desacelerarse y el sector privado continúa ausente. Bajo su lógica, es altamente probable que se reinicie una temporada de correcciones bajistas del Producto.
Otro hecho que ven probable es que a partir de junio, o a más tardar julio, se observe un déficit, que subiría hacia fin de año a lo menos a 3% del PIB, “algo que evidentemente colocará mayor presión sobre las cuentas fiscales, haciendo inviable un 2016 con similar expansión fiscal como la que debiese observarse en este 2015”.
Ante esto, se preguntó ¿cuál sería la máxima expansividad de la política fiscal para 2016 y no poner en riesgo la meta de balance estructural hacia fines de este período presidencial? La respuesta: “definitivamente, no más allá de un 5,5% a 6,0%”.
GOBIERNO ATENTO A ECONOMÍA
El gobierno volvió ayer a reiterar su preocupación por las bajas tasas de crecimiento, en medio del reconocimiento de que la situación económica será más estrecha a futuro, lo que podría impactar las reformas. El vocero de palacio, Marcelo Díaz, señaló que como un "un gobierno responsable" se debe "sincerar" esa realidad y "construir con los parlamentario de nuestra coalición de gobierno las estrategias para poder cumplir con las tareas que nos planteamos al inicio del mandato". Mientras que el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, llamó a la calma ante un posible contagio de la crisis griega en la economía chilena.
"Chile no es un país que requiere financiamiento externo en su desarrollo económico y en la situación económica en la que estamos. Por lo tanto, nos encontramos en materia de cuentas externas con una economía sana", dijo.