Economía comienza ciclo de "desaceleración sana" que se extenderá hasta el próximo año
Un país creciendo a tasas entre 6% y 7% constituye una buena noticia, sin embargo, cuando el consumo no baja de los dos dígitos comienza a preocupar a las autoridades.
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En un freno natural a la alta velocidad de crecimiento que trae la economía chilena, se convertirá el segundo semestre. Y cómo no, si de una expansión cercana al 8% se pasará a un aumento de la actividad en torno a 5%, menor ritmo que se trasladaría hacia el próximo año.
Esta desaceleración es calificada por los expertos consultados como “sana”, toda vez que la economía volvería a crecer de acuerdo a su potencial y, con ello, suavizaría el ciclo inflacionario. O, de otro modo, esta menor expansión viene a “sincerar” la base de comparación influenciada por el terremoto y posterior tsunami registrado en febrero de 2010.
Es que tal como se presenta hoy la trayectoria económica, un 64,3% de una encuesta realizada por DF a 46 expertos piensa que todavía se “mantiene” el riesgo de un sobrecalentamiento, mientras un 56,1% estima que la economía chilena enfrenta un “alto riesgo” de sobrecalentamiento.
Entre julio y diciembre
Pero volviendo al futuro inmediato, el economista de Zahler & Co., Hermann González, afirma “claramente, en el segundo semestre tendremos una menor expansión como consecuencia de la baja base de comparación que tenía la primera parte de este año, dados los efectos del terremoto”. Y, agrega, una vez que desaparezca dicho fenómeno, “esperamos que la economía crezca a una tasa en torno a su potencial estimado en cerca de 5%”.
Para el economista jefe de BanChile Inversiones, Rodrigo Aravena, también es seguro que “la economía presentará una desaceleración a partir del segundo semestre, la cual se extenderá durante todo el 2012”.
Pero, añade, un nuevo elemento: el rezago con el que actúan las constantes alzas de la Tasa de Interés de Política Monetaria (TPM). El Banco Central comenzó a principios de este año a elevar los tipos, al punto, que desde enero recién pasado hasta este mes la TPM pasó de 3,25% a 5,25%. Además, acota que se debe considerar en este menor crecimiento “la desaceleración en el resto del mundo, la apreciación en el tipo de cambio y la normalización en el consumo de bienes durables”, los que también dejarán de mostrar “el efecto terremoto”.
No obstante, indica, “se debe tener en consideración que se trataría de una desaceleración sana, con una velocidad del crecimiento que caería hacia valores cercanos al 5% al cierre del año, es decir, hacia niveles de tendencia, lo cual sería determinante para evitar presiones inflacionarias”.
El gerente de Estudios de Gemines, Alejandro Fernández, coincide con lo anterior subrayando que “el segundo semestre será menos expansivo, porque la fase de recuperación y compensación por el terremoto va a estar agotada y las políticas más restrictivas algún efecto pueden tener”.
En este escenario, la demanda interna seguirá empujando el carro del crecimiento. El economista jefe de Munita, Cruzat y Claro, Joaquín Aguirre, prevé que “tanto el consumo como la formación bruta de capital fijo continuarán presentando cifras expansivas”.