Las exportaciones de fruta fresca cayeron un 11,4% en la temporada 2013 y 2014, llegando a 2,3 millones toneladas (ton.), informó ayer la Asociación de Exportadores del sector, Asoex.
Esta cifra fue levemente superior, sólo unas 44 mil toneladas, que el total informado en el periodo 2008-2009, el peor de los últimos seis años.
En el gremio asociaron este retroceso principalmente al impacto de las heladas registradas en esta misma fecha de 2013 y al paro portuario de inicios de este año.
En términos de productos, las ciruelas evidenciaron la mayor contracción, con un 59,9%, seguido de cerca por los nectarines cuyos envíos bajaron 58,6%, ambos en comparación con la temporada previa.
En lo que respecta a mercados, los destinos que más resintieron este desempeño fueron Medio Oriente, con una contracción de 37%, seguido por Estados Unidos y Canadá en conjunto, que redujeron en un 13,5% las toneladas importadas desde Chile.
Aún así, Norteamérica es el principal destino de los envíos nacionales de fruta fresca, con poco menos de 795 mil ton., seguido por Europa, con casi 560 mil ton. y Latinoamérica, que creció un 1,2% respecto al periodo anterior, pasando de 502 mil. a 510 mil ton.
Expectativas y desafíos
El presidente de Asoex, Ronald Bown, dijo que el tipo de cambio benefició los resultados de esta temporada y los mantuvo positivos en la comparación anual.
De todas formas fue crítico al señalar que el sector requiere más apoyo del gobierno en materia de ahorro de costos energéticos y soluciones alternativas de generación de electricidad.
Además, remarcó la importancia de la pronta materialización de una ley larga de puertos, pues de otra forma se arriesga la imagen del país.
“Si uno suma los paros portuarios de los últimos cinco años, significa una saturación de la paciencia de nuestros compradores y el país deja de ser confiable”, dijo.
También destacó el aumento de la inversión del SAG para combatir las plagas como la lobesia botrana (polilla de la uva) y el PSA, pero dijo que aún se requiere más.
En relación a la inocuidad alimentaria, y como manera de adaptarse a las exigencias de mercados asiáticos, destacó la necesidad de una institucionalidad que “realmente funcione en esta materia”.
Sobre el desarrollo de nuevos mercados demandó un alza en los fondos destinados a este objetivo por parte de la autoridad.