Industria

Ventisqueros: las “extraordinarias proyecciones” del salmón tras la decisión que frenó su venta

“Nuestra infraestructura nos permite seguir creciendo”, indica el CEO José Luis Vial, quien prevé producción de 50 mil toneladas en 2023.

Por: Martín Baeza | Publicado: Lunes 13 de marzo de 2023 a las 20:25 hrs.
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José Luis Vial, gerente general de Ventisqueros.
José Luis Vial, gerente general de Ventisqueros.

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Cuando se rumoreaba que la venta de la salmonera Ventisqueros estaba a punto de concretarse, la compañía sorprendió al anunciar que había desistido de este proceso.

Así, el grupo Schörghuber, conglomerado alemán con inversiones en los sectores inmobiliario, hotelero, alimentario y cervecero (rubro en el que, tiempo atrás, compartió la propiedad de CCU junto al grupo Luksic), permanecerá, al menos por un tiempo, en la propiedad de la empresa acuícola.

“La compañía sigue funcionando como siempre”, señala José Luis Vial, CEO de Ventisqueros, quien tras confirmarse el fin de la operación de venta accedió a responder por escrito las consultas de este medio.

El principal ejecutivo de la salmonera explica que “como accionista perspicaz”, el grupo Schörghuber tanteó el terreno para evaluar la venta de la firma; sin embargo, determinó que, debido a la crisis económica global, no estaba el clima ideal para fusiones o adquisiciones. En este escenario, decidió “concentrarse en aprovechar las extraordinarias proyecciones actuales del sector”, indica Vial.

“En los últimos años hemos invertido más de US$ 100 millones, lo que ha permitido pasar de una producción de 20 mil toneladas brutas a 47 mil el año pasado, con vistas a alcanzar las 55 mil toneladas en un futuro próximo”, explica.

Vial afirma que “estas inversiones nos han convertido en una de las operaciones más sostenibles y tecnológicamente avanzadas de Chile. Nuestra infraestructura nos permite seguir creciendo, y creemos que esto es de gran valor y en lo que debemos centrarnos”.

Perspectivas en este año

El CEO de Ventisqueros acaba de realizar dos giras internacionales por Bergen (Noruega) y Boston (EEUU). “Lo que se puede observar y respirar” en esos mercados es que la “limitada oferta mundial” no se incrementará en más de un 2% en 2023, acompañada de una demanda sostenida del salmón, sobre todo en EEUU. Estos factores han sido uno de los grandes impulsos para la recuperación pospandemia de la industria, llevando a alzas históricas en el precio. De hecho, las exportaciones chilenas de salmón y trucha llegaron a US$ 6.605 millones en 2022, con un aumento de 27%.

“La capacidad de crecimiento es limitada en Chile y Noruega, países que concentran más del 70% de la producción en el mundo, con hábitos de consumo cada vez más saludables donde el salmón es la superproteína”, profundiza Vial.

En este escenario, estima que los volúmenes de producción de Ventisqueros alcanzarán las 50 mil toneladas este año con principal destino a EEUU, “el mercado más relevante para el salmón chileno, donde tenemos una de las principales oficinas de comercialización”.

Las claves de la industria

Sobre las perspectivas de la industria, Vial sostiene que “cuando se atenúa el interés por el crecimiento, hay margen para ser más eficientes, dedicando más tiempo a desarrollar nuevas formas de hacer las cosas y nuevos productos”.

El ejecutivo subraya la posición de Chile en el contexto mundial del sector salmonero, recordando que “la naturaleza nos ha dado el privilegio de poder producir esta proteína en nuestras costas”, ya que solo cinco países lo hacen y - al igual que Noruega-, cuenta con ventajas en calidad del agua, temperatura y geografía, entre otras.

“Competimos con uno de los países más ricos del mundo (Noruega) que destina muchos recursos a la ciencia, investigación y desarrollo, y con un Estado que provee infraestructura, comunicaciones, puertos, todo lo que necesitan para un desarrollo más armónico”, indica.

Por el contrario, Vial señala que la salmonicultura local se ha desarrollado a partir de los empresarios y con poco apoyo estatal. “Somos una industria muy regulada, lo que es bueno, ya que buena regulación ayuda a construir un estándar más alto”, dice. Desde esta posición, considera que la industria debe actuar “con respeto a las instituciones y al proceso democrático de toma de decisiones” de los procedimientos legislativos que la afecten.

Así, en relación a la iniciativa del Gobierno de generar un marco legal específico para la salmonicultura, considera ello es necesario para que la industria sea competitiva, sostenible y con reglas claras. “La normativa debe establecer –basándose en la ciencia-, límites biológicos a la producción y el deber de la industria es respetarlos. Hay que regular la capacidad de carga de una masa de agua. La evidencia demuestra que cuando la industria sobrepasa estos límites biológicos, enfrentamos un mayor uso de medicamentos y tratamientos –como un uso excesivo de antibióticos- que dañan nuestra imagen en los mercados de exportación”, afirma.

Junto a lo anterior, propone modernizar “trámites burocráticos y lentos” que restan competitividad y subraya que una industria con requisitos claros, pero también con incentivos, produce empleos más estables, seguros y genera impuestos que deben redundar en las mismas regiones donde se produce.

“La industria salmonera chilena seguirá estando en el radar de los inversionistas nacionales y extranjeros, si el clima político y de negocios permite que siga siendo un país atractivo para invertir”, dice.

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