Disminuye desconfianza empresarial frente a quienes fracasan en los negocios
Los esfuerzos tanto privados como públicos para promover...
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Por Francisca Orellana
Los esfuerzos tanto privados como públicos para promover el emprendimiento y eliminar el estigma que en Chile significa “fracasar” en el mundo de los negocios, están dando resultado, de acuerdo con los datos que arrojó una encuesta desarrollada por el programa Nuevamente, que nació gracias a la asociación entre la CPC, Sofofa BID-Fomin, el Ministerio de Economía, InnovaChile de Corfo, el Foro Innovación, Octantis y BCI.
En el estudio, llevado a cabo durante tres años consecutivos, se midió la valoración empresarial frente a quienes “fallan” en su emprendimiento. Y ante la pregunta “cómo se visualiza una experiencia empresarial sin éxito”, el 86% de los encuestados respondió que es una buena oportunidad para aprender, registrándose un incremento de siete puntos en relación a la encuesta de 2009, y 10 respecto a la de 2008. Un salto mayor, de 23 puntos, registró la valoración de la persona que falla: el 68% consideró que ha adquirido experiencia relevante para futuros negocios, mientras que el 14% lo evaluó como un mal empresario.
“La tendencia demuestra que el fallo está siendo cada vez más valorado. Las personas se están atreviendo a contar más sobre este tema y eso es un elemento importante cuando hablamos de cambio cultural”, explica Magdalena Balcells, coordinadora general del programa que finalizó hace unos meses.
Donde aún falta avanzar es en materia de financiamiento de una empresa liderada por un ejecutivo que ha fracasado, ya que sólo el 23% de los encuestados lo apoyaría (tres puntos más que en 2009).
“No es muy significativo el crecimiento, pero de todos modos indica una cierta tendencia de cambio”, dice Balcells.
Evaluar la salud del negocio
Para ayudar a sortear los problemas que puedan surgir en el negocio, el programa Nuevamente desarrolló en su página web un test de alerta temprana online gratuito (que está operativo) que, al responder ciertas preguntas, le da al empresario el estado actual de la firma en cuatro áreas clave: trayectoria, liquidez, estrategia y equipo empresarial. Así, se obtiene un diagnóstico y una alerta para actuar ante una posible crisis o probabilidad de tenerla.
Desde que se creó el instrumento, se realizaron 6.500 diagnósticos, que mostraron que el 24,17% de las empresas estaba en buena situación, mientras que el 59,6% cayó en el ítem de “empresas amarillas”, es decir, que tienen un cierto grado de riesgo. El 16,20% estaba atravesando una crisis.
Para las firmas “amarillas” se creó una red de rescate con el fin de darles asesoría y reestructurar algunas áreas de la empresa o decidir un cierre ordenado. A la red se acogieron 20 empresas, y ya hay siete que están ejecutando un plan de acción.
“Queremos que los empresarios usen estas herramientas, ya que si se utilizan en forma permanente ayudan a resolver los problemas con anterioridad y a salir de ellos de manera más rápida”, explica Balcells.