Lanera Chilena usa innovación ante la competencia
Una renovación permanente es la que vive Lanera Chilena, una de las pocas empresas textiles nacionales que se mantiene intacta luego de la irrupción en el país de los productos chinos...
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Por Claudia Marín
Ricardo Hasbún (a la izquierda) y su hijo Tomás, quien representa a la cuarta generación de la familia en Lanera Chilena. |
Una renovación permanente es la que vive Lanera Chilena, una de las pocas empresas textiles nacionales que se mantiene intacta luego de la irrupción en el país de los productos chinos. Los menores precios de la competencia han supuesto un desafío para esta empresa, fundada en 1939 y que se mantiene en manos de la familia Hasbún luego de cuatro generaciones. Y la innovación ha sido la respuesta.
“Los chinos demoran en hacer las cosas, son empresas tan grandes que tienen una inercia muy importante”, cuenta Ricardo Hasbún, gerente general de Lanera Chilena. “Aquí a veces desarrollamos un artículo dentro del día o a lo mejor en dos días, pero rapidísimo. Esa es nuestra mayor fortaleza”, agrega.
La empresa actualmente fabrica dos millones de kilos de lana al año, de los cuales el 50% se exporta a Brasil, Argentina y Uruguay, principalmente en la forma de conos que se ocupan para tejido industrial. Este foco hacia el exterior es una de las maneras que encontró la compañía para mantenerse a flote y seguir creciendo.
La otra manera es la creación de nuevos productos que mezclen distintas materias primas y logren colores llamativos y formas y texturas novedosas. Es decir, agregar valor a los productos tradicionales que se venden en ovillos y que representan el 20% de toda su producción.
Durante la temporada de invierno, Lanera Chilena lanzó siete productos nuevos, entre ellos “Rueca”, un ovillo 100% lana sin hilar, pensada para el tejido en telares manuales. Desde hace cinco años, la firma importa desde México telares mayas de madera o plástico y al año vende unas 20 mil unidades, por lo que la creación de lanas con ese foco es un nicho con proyecciones.
“Las posibilidades de creación de productos son casi infinitas, siempre que el mercado tenga ganas de ver cosas nuevas, y desde los dos últimos años el mercado ha estado súper receptivo”, explica el ejecutivo y señala que el 30% del tiempo de los gerentes de Ventas y de Producción, junto a todo el personal de esas áreas, se dedica a innovación.
“En nuestro caso, la innovación es absolutamente indispensable. Sin artículos de fantasía que sean rápidos de fabricar, no estaríamos vivos. Si nosotros hiciéramos commodities no tendríamos ninguna posibilidad de competir”, recalca Hasbún. “Hay que estar dispuestos a innovar y arriesgarse”.