Multinacionales

Tesco: la caída de un ícono del éxito empresarial británico

El exceso de confianza de la cadena de supermercados la llevó a lanzarse a una fallida conquista de Estados Unidos.

Por: Belén López-Palop | Publicado: Lunes 29 de septiembre de 2014 a las 05:00 hrs.
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La industria de la distribución en el Reino Unido ha cambiado significativamente en los últimos años, y eso está pasando factura a los operadores tradicionales. La entrada de nuevos competidores y el desarrollo de formatos más innovadores ha puesto contra las cuerdas a los modelos de gestión del pasado, y eso lo sabe muy bien Tesco.

La suerte de la cadena de supermercados británica, que años atrás era un modelo a imitar para muchas cadenas de distribución, ha cambiado radicalmente.

Entre finales de 1990 y 2007, cuando las acciones alcanzaban un récord y se nombró caballero al ex gerente general Terry Leahy, la compañía era considerada un titán del éxito empresarial británico.

Ahora, la dificultad de la compañía para adaptarse a las nuevas reglas del mercado ha pesado como una losa sobre sus beneficios. Además, el dominio local de Tesco le hizo cobrar demasiada seguridad, llevando a la firma a lanzarse a la conquista de Estados Unidos. Hoy hay quien acusa a la compañía británica de soberbia luego de que se viera obligada a abandonar el emprendimiento el año pasado y diera a conocer la semana pasada una investigación respecto de sus prácticas contables.

“Tesco dominaba del mundo. Y un día, dejó de funcionar tan bien”, dijo a Bloomberg Charles Munger, vicepresidente de Berckshire Hathaway, que tiene una participación de 3,7% en la cadena.

¿Qué salió mal?


La respuesta no es una sola. La caída en desgracia de Tesco subraya una serie de errores administrativos que socavaron el ánimo de los inversionistas.

El exceso de confianza llevó a la firma a extralimitarse. Al ver los límites de su expansión en Reino Unido, Tesco comenzó su difusión en el extranjero. Sin embargo, a medida que su aventura en Estados Unidos se iba a pique, sus ambiciones en China y Japón comenzaron también a retroceder, lo que llevó a los inversionistas a cuestionarse si la británica sabía lo que estaba haciendo.

Además, los sucesivos informes de la Comisión de Defensa de la Competencia de Reino Unido encontraron una empresa actuando en contra del interés público en un sector que estaba demasiado concentrado. Entre los consumidores se empezó a desvanecer el amor por las megatiendas, al tiempo que crecía la toma de conciencia respecto del impacto que los grandes supermercados tenían en las economías locales, en particular, sobre el empleo en el sector minorista.

Cada vez más, el supermercado se fue encontrando en tierra de nadie, entre los precios competitivos de algunos de sus rivales más fuertes como Aldi o Lidl, y la distinción de cadenas con un nivel de costos superiores como Waitrose.

Pero fue peor que eso. Tesco invirtió fuertemente en tiendas dentro y fuera de las ciudades, que se vieron afectadas por el aumento de las compras por Internet. El supermercado trató de responder al hacer del viaje a Tesco Extra una excursión familiar. Clases de yoga, restaurantes adaptados a los niños y cadenas de cafeterías de estilo independiente fueron traídas para hacer que el viejo modelo se viera más atractivo, en vez de enfrentar realmente el problema.

Más malas noticias


Las malas noticias no terminan ahí. En lo que supone el último revés, la semana pasada, el nuevo equipo gestor afirmó que la empresa podría haber sobrestimado su pronóstico de ganancias para el primer semestre del año en unos 250 millones de libras (US$ 406 millones).

De confirmarse esto, los problemas para Tesco podrían no haber hecho más que empezar. Por el momento, ya se está produciendo una reacción en las agencias de calificación. Moody’s situó el rating de Tesco en perspectiva negativa, sumándose al movimiento de Fitch tras el anuncio de la empresa el lunes.

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