“La demanda de Prosud es un intento oportunista que busca aprovechar este proceso para conseguir un impulso competitivo”. Así de dura fue la contestación de Unilever a la demanda interpuesta por Prosud ante el Tribunal de la Libre Competencia (TDLC) por abuso de posición dominante en el mercado de los detergentes.
Unilever señala que Prosud es un competidor que lleva menos de un año en el mercado y que las primeras reunionesque sostuvo con clientes para ofrecer la distribución de su producto se realizaron recién entre 2012 y enero de 2013.
“De este modo, sin darse un tiempo para entender cómo funciona el mercado ni para intentar por sus propios medios abrirse un espacio en el mismo, Prosud ya busca subirse al carro de un juicio en que otros siete proveedores de detergentes han demandado al líder del mercado, buscando aprovechar que por esta vía se subsidie la operación”.
Unilever acusa también que la demanda de Prosud es una copia casi idéntica a la presentada por Comercial Aportas y agrega que Prosud demanda a la compañía por conductas “que ella misma realiza”, pues Prosud admite tener un contrato de exclusividad para distribuir el detergente Tech en Chile.
“A tal punto llega el oportunismo de Prosud, que se toma la libertad de incluir todo tipo de acusaciones en su demanda, algunas de las cuales ni siquiera es capaz de sostener frente a la primera oposición de esta parte”.
El inicio del caso
Unilever acumula nueve demandas en el Tribunal
de la Libre Competencia por abuso de posición dominante y prácticas exclusorias en el mercado nacional de los detergentes.
La causa fue abierta por
la Fiscalía Nacional Económica (FNE) y luego se fueron
sumando diversas compañías.
La mayoría de las empresas que se sumaron al requerimiento de la FNE piden que se le imponga a Unilever la multa máxima (que ronda los
US$ 20 millones), así como que sean revertidas las supuestas malas prácticas.
También solicitan compensaciones por lo que dejaron de percibir debido a las prácticas anticompetitivas que son investigadas.
Entre las acciones, por parte de Unilever, que denuncia está el crear barreras artificiales en el canal tradicional o supermercadista, impidiendo el ingreso al mercado de distintos detergentes en polvo, limitando de esta forma el crecimiento de las otras empresas. Los actores denunciantes también aseguran que Unilever ha implementado un sistema de incentivos que provocó la exclusión de muchas marcas.