Los intereses de la deuda soberana lusa comenzaron la semana altos, pero sin llegar a los niveles críticos que en los últimos días multiplicaron las especulaciones sobre la posibilidad de que Portugal pueda precisar de ayuda externa.
El interés que penaliza los bonos portugueses a diez años, que sirven de referencia en el mercado, superó la semana pasada el 7,6% y hoy se situaba en torno al 7,3%, con una diferencia de 426 puntos base respecto al bono alemán.
El viernes esos bonos cerraron al filo del 7,5%, tras una semana de marcada tendencia al alza que sólo las intervenciones compradoras del Banco Central Europeo (BCE) consiguieron frenar, según los analistas del mercado luso.
Además de los bonos a largo plazo, también los títulos de deuda a cinco anos descendieron hoy ligeramente, al 6,99 por ciento tras haber registrado niveles récord, más de una décima por encima del 7% la semana pasada.
La ligera bajada de los intereses de la deuda lusa se produce después de que este fin de semana el primer ministro de Portugal, José Sócrates, anunció una fuerte reducción del déficit público del país, que en enero bajó un 58% en comparación con el mismo mes de 2010.
El dirigente socialista consideró, en declaraciones a los periodistas, que estos datos "son muy buenos" y "dan mucha confianza".
Sócrates ratificó también el compromiso de su Gobierno de reducir el déficit presupuestario de Portugal en 2011 hasta el 4,6%, tras haber logrado el año pasado bajarlo del 9,3% al 7,3%.
La reducción del déficit público ha obligado a Portugal a adoptar un drástico plan de austeridad, con reducción del gasto y la inversión estatal, recorte del salario de los funcionarios y aumentos de impuestos, entre otras medidas.
Las previsiones de los principales organismos internacionales apuntan, no obstante, a que las medidas anticrisis sumirán este año al país en una nueva recesión y retrasarán su recuperación económica.
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