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Las tres diferencias entre la crisis financiera de 2008 y la situación actual, según BlackRock

La transparencia de los activos, el capital de respaldo y las herramientas de las autoridades marcan distinciones relevantes, dijo Alex Brazier.

Por: Benjamín Pescio | Publicado: Martes 21 de marzo de 2023 a las 04:00 hrs.
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Alex Brazier, subdirector de BlackRock Investment Institute
Alex Brazier, subdirector de BlackRock Investment Institute

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No tarda en aparecer el recuerdo de la crisis financiera de 2008 cuando la coyuntura actual del mercado bancario global se vuelve a tensionar con la caída de Silicon Valley Bank (SVB) y el salvataje a Credit Suisse, que terminó siendo adquirido por UBS.

Para el subdirector de BlackRock Investment Institute, Alex Brazier, la situación actual es distinta a 2008 por el mayor capital de respaldo que tienen las entidades financieras, la mayor transparencia de sus balances y la rápida acción de las autoridades.

“Algo distinto en gran medida respecto de la crisis de 2008 es que los activos del sistema bancario de EEUU que están en el centro de este problema, lejos de ser opacos, son en realidad los más transparentes y fáciles de valorar”, dijo Brazier.

Como contexto, la caída de SVB se dio en el marco del ciclo de endurecimiento monetario más acelerado desde la década de los ‘80, donde solo desde el inicio de 2022 la Reserva Federal de Estados Unidos ha aumentado la tasa oficial en 450 puntos base.

“Esa es realmente la causa subyacente de todo lo que ha ocurrido en la última semana”, dijo Brazier, en el capítulo titulado “¿Por qué estos acontecimientos del mercado son diferentes a los de 2008?” del podcast “The Bid” que publica regularmente la mayor gestora de fondos del mundo.

“Es muy fácil determinar dónde están las pérdidas”

“Algo distinto (respecto de la crisis financiera global) en gran medida es que los activos del sistema bancario de EEUU que están en el centro de este problema, lejos de ser opacos, son en realidad los más transparentes y fáciles de valorar: bonos del Tesoro y valores respaldados por hipotecas”, ejemplificó el ejecutivo.

“Por tanto, es muy fácil determinar dónde están las pérdidas en esos activos y quién los tiene. Con eso, queda claro que SVB fue un caso atípico muy grande en relación al conjunto del sistema bancario. Así que esa es una gran diferencia con respecto a la crisis de 2008”, sostuvo.

A esto se suma un segundo aspecto, que son los mayores niveles de capitalización con los que cuenta la banca, una exigencia que surgió precisamente después de evaluar los factores que contribuyeron a desencadenar la crisis financiera global.

“Las pérdidas del sistema en su conjunto son significativas, pero eminentemente manejables dentro de la base de capital que los bancos estadounidenses tienen actualmente”, indicó Brazier.

La tercera y última diferencia importante es el set de herramientas disponibles para ser utilizado por las autoridades para enfrentar estos problemas.

El domingo inmediatamente posterior al derrumbe de SVB, la Reserva Federal, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, su sigla en inglés) y el Departamento del Tesoro anunciaron un programa especial de provisión de liquidez para apuntalar al sistema bancario.

Y este domingo, UBS selló la compra de Credit Suisse con garantías del gobierno suizo y una línea de crédito del banco central de dicho país, mientras que la Fed y cinco otros bancos centrales aceleraron las cuotas de provisión de líneas swap de liquidez en dólares con miras a cubrir todo el mes de abril.

Depositantes en el centro

De la serie de acontecimientos financieros de los últimos días, Brazier destacó además como una diferencia importante la forma en que las autoridades abordaron las crisis de SVB y los bancos regionales estadounidenses.

“Lo más importante en estos casos es que las autoridades aplicaron lo que se denomina una exención por riesgo sistémico, que les permite proteger también los depósitos no asegurados (mayores al límite de US$ 250 mil fijado por la FDIC). Así pues, no se han ocupado de estos bancos rescatando a los accionistas, sino protegiendo a los depositantes”, dijo Brazier.

También resaltó la forma en que se produjo el contagio del estrés hacia Europa, algo que estaría relacionado con un mayor nivel de escrutinio general sobre los bancos.

“Es importante tener en cuenta que no tenemos las vías de trasmisión existentes en 2008, pero todavía existe este canal de contagio a través del Atlántico donde los mercados están mirando a los bancos de manera diferente, incluso donde no están enfrentando nuevos desafíos”, apuntó.

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