Las bolsas chinas no pueden levantarse. Pese a las medidas de apoyo del Banco Popular, las acciones en el gigante asiático siguen cayendo, elevando la aversión al riesgo en los mercados.
Tal como sucedió ayer con Wall Street, las compras estuvieron presentes en las bolsas chinas, pero una ola de ventas en la parte final de la sesión inclinó a los principales índices hacia los números rojos nuevamente.
Así, al cierre de las operaciones, la Bolsa de Shanghái registró una caída de 1,3%. En la Bolsa de Shenzhen, la segunda del país, el descenso fue mayor, de un 2,92%.
El lunes el selectivo sufrió un descalabro de 8,5%, pérdidas que llegaron a 7,6% en la sesión de ayer. Esta situación obligó a actuar a las autoridades y el emisor no sólo inyectó US$ 23.000 millones al sistema financiero, sino que además anunció un recorte en la tasa de interés.