Todo hacía creer que se trataría de una nueva jornada de
euforia bursátil. Y claro, las históricas alzas de la víspera -las mayores
desde 1933- gracias a la inyección de optimismo que significó el anuncio de
Europa de salir al rescate de su sistema financiero, hacía pensar que hoy esas
alzas se repetirían.
Algo de eso hubo, porque el optimismo estuvo presente
durante las primeras operaciones con alzas de más de 4%, las que se potenciaban
con las ganancias de más de 6% que mostraban las bolsas de Europa.
Pero Wall Street no pudo sostener el ritmo. Los temores –sobre
todo en el sector tecnológico- sobre los efectos de la crisis en los resultados
de empresas volcaron a los inversionistas hacia las compras.
Al cierre, el Dow Jones cerró con un retroceso de 0,82% que
lo ubicó en los 9.310,99 unidades. Mientras, el S&P 500 rompió finalmente
el piso de los 1000 puntos (998) tras ceder 0,53%.
El Nasdaq fue el más perjudicado al caer 3,54% hasta 1.779
puntos.