Un día antes de viajar a Lago Ranco, el rector de la UAI y columnista, Andrés Benítez, recibió a DF para analizar desde su cercanía con la derecha el momento que atraviesa el sector: con un Piñera "un poco solo", una derecha y una UDI afectada por el caso Penta.
-¿Con este encuentro en Ranco, Piñera puede consolidar un liderazgo en la derecha?
-En las encuestas sigue siendo un personaje muy bien evaluado y una persona destacada, si no la mejor. Es muy distinto a que pueda ser presidente, porque eso pasa por cómo lo siga haciendo este gobierno. La derecha es minoría, por tanto sus posibilidades de triunfo pasan por un desgaste de los otros, más que por un convencimiento de la gente de que hay que votar por la derecha. El problema del piñerismo es que se ve un tanto aislado de los partidos y el de la derecha es que está demasiado dividida. En esas condiciones el ex presidente se ve un poco solo.
-¿Puede ser parte de una estrategia no contaminarse de los partidos, cuándo podría asumir un liderazgo más activo?
-El candidato de la derecha lo va a decidir la última CEP, todo lo demás es música. Él tiene un problema, era de un partido que tiene mucha gente que no lo quiere, está Carlos Larraín que le hizo un poco la vida imposible, por lo tanto está un poco sin domicilio. Tampoco era fácil volver a RN, donde está Allamand con todas las cosas que dijo de él. Y Ossandón, que no pierde día en criticarlo. Tampoco se va a ir a la UDI. Lo interesante es que tampoco se fue a Amplitud o Evopolí. Es probable que esto sea una mezcla de circunstancia con estrategia.
-Allamand y Ossandón tienen algún liderazgo en RN, ¿por qué no invitarlos a Ranco?
-No conozco que está pensando Piñera respecto a Ranco. No hay que sobredimensionar un evento que va a convocar a figuras de su gobierno, donde se van a discutir ciertos temas, pero no creo que sea su relanzamiento. Este no es un cónclave de la derecha, no lo interpretaría así, es un cónclave de Piñera, que es distinto.
-¿Cree que los partidos vuelvan a apoyar a Piñera?
-Si la derecha ve que Piñera se potencia y puede tener chance en la elección lo va a apoyar. Porque ojo, también están los intereses propios, hay parlamentarios que tienen que reelegirse. Si la derecha no tiene ninguna posibilidad de ganar van a ir 18 o más candidatos, a nadie le va a importar. Pero de eso estamos un poco lejos, porque como muestran las encuestas este es un año perdido para todos: perdió la NM, la Presidenta y perdió la derecha. Aparte del salto en imagen de ME-O y Ossandón nadie ha ganado, esto ha sido un juego de suma cero.
-¿Ve posible una coalición más grande, más allá de la Alianza?
-Eso será natural. Si hay una percepción de que la elección se puede ganar, esas fuerzas se van a unir al tiro. La pregunta es si va a haber otras.
-¿Cómo Amplitud con Velasco, por ejemplo?
-Vamos a ver qué pasa con Velasco y el caso Penta, hasta donde lo va a afectar o no. Segundo, veo difícil que Velasco pueda ir por la derecha, lo más probable es que vaya por el centro. Su base intelectual y filosófica no es de derecha, podrá compartir ciertas cosas, pero tiene una base más bien de centroizquierda. Creo que va a jugar el camino propio y ahí su única posibilidad es que la derecha esté dividida. También es razonable que juegue a la apuesta de que, por ejemplo, la NM se vaya hacia ME-O, lo que dejaría muy incómoda a la DC y con una derecha fragmentada se logre hacer un centro.
-¿Cómo ve la irrupción de Ossandón, insiste que es un caudillo?
-Es muy prematuro, no sabemos si eso se traduce en votos. Tengo la sensación de que la gente no está ni con la Presidenta ni con su gobierno, está descontenta y eso se está canalizando hacia personas que juegan un rol que es atractivo para el descontento. En ese sentido, espero que a este gobierno le vaya un poco mejor para que el país se vuelva a estabilizar.
-¿Y a su juicio, cuál sería la receta: no avanzar en las reformas, una oposición más propositiva?
-Tanto la derecha como la izquierda debieran entender que en este clima de confrontación han perdido los dos y, por lo tanto, no es el camino. Yo intentaría volver a los acuerdos, un camino muy desprestigiado pero que rindió muchos frutos. La oposición y el gobierno debieran tratar de confluir para dar una imagen al país de decir: Nosotros estamos gobernando y a cargo, no los que están por fuera. Lo que se ve hoy es una suerte de ingobernabilidad, no porque el país esté en un caos, pero como que nadie logra pasar sus proyectos y todos pelean con todos, eso a la gente no le gusta. Por eso no me gusta esa estrategia de la UDI del "Yo me rebelo", es rebelarse contra qué, le pone más fuego a la hoguera no más.
-¿La UDI debiera ser más propositiva?
-Claro, pero el primero que debiera ser propositivo es el gobierno, porque tiene los votos y el poder. Hay dos cosas que puede hacer la derecha: manifestarse siempre dispuesta a dialogar y proponer algo. Dicen no a la reforma laboral, a la educación, a la tributaria y entonces qué. Porque lo que sí parece ser es que la gente quiere cambios, a lo mejor no estos cambios, pero atrincherarse en el no cambio es la peor alternativa.
-¿Esa actitud explicaría por qué la oposición no capitaliza nada?
-A la derecha la gente le está diciendo 'no estoy contento con lo que está haciendo la Presidenta, pero a ti no te quiero nada'. La derecha tiene que salir a conquistar a la gente, porque pareciera que la gente la quiere menos que a Bachelet. La única manera de conquistarlos es sintonizando con sus demandas, porque quiere cambios en educación, salud, seguridad y transporte y quiere que los escuchen y les dén propuestas.
Penta y la UDI
-¿El caso Penta podría ser letal para la UDI?
-En política no hay nada letal. Es grave, la excusa que esto pasa en todas partes es aún peor. Así la idea de que este es un país a prueba de corrupción es una mentira. Es grave, por el momento, para la derecha y sobre todo para la UDI, está en problemas su presidente, lo que es más grave. Entonces, todo este recambio generacional que uno apostaba, podría quedar en nada. Lo que puede pasar es que vuelvan los antiguos coroneles que queden vivos después de esto, pero es muy temprano saber lo que pasará porque no conocemos el caso. Es grave, no para matar gente, pero si para matar liderazgos y proyectos, hay que fondearse después de esto.
-¿Puede ser más dañino que el caso Spiniak?
-Por sus connotaciones el caso Spiniak era más sórdido y congregaba más el morbo de la gente. En la elite podría ser igualmente grave, pero para el gran público son cosas más crípticas.
-¿Hay que terminar con el aporte de las empresas a la política como se plantea en el proyecto que ingresará el gobierno a tramitación?
-Ese aporte se terminó de facto. Me parece que no se puede legislar en crisis, pero habría que mirar. Entiendo que en muy pocas partes está prohibida la donación de las empresas y en ese sentido no sé si es la solución. Lo que digo es calma y tiza veamos lo que pasa y tratemos que se cumpla la ley. Las donaciones están permitidas, lo que no está permitido es que se entreguen boletas a cambio y que las empresas lo pasen como gasto, eso es la violación de una ley.
Bachelet "va a tener que desreformar su agenda"
-¿Tras la CEP puede haber un giro mayor en la agenda del gobierno?
-No hay nada evidente, uno ve un gobierno que es como esos boxeadores que están medio noqueados, dando pasos en falso. Me impresiona la figura del ministro Peñailillo, porque sale como que nada pasara. El cambio de gabinete es inminente porque se lo están pidiendo todos. La Presidenta puede tener muchas ganas de hacer cosas, pero no gobierna sola y los partidos ven que si se deteriora ella se deteriorarán ellos también. Veremos cuánto aguanta un presidente cuando empieza a perder su capital político, comienza a verse no querido y nadie quiere acompañarlo en las giras. Enade fue su última declaración de principios para una etapa que viene. Ella tendrá que desreformar su agenda. No sé en qué planeta vive, dice que están dadas las condiciones económicas y política para seguir el programa de reformas, pero me parecen cada día como gritos desde la soledad.
-¿Cuándo es el momento de hacer reformas?
-El momento económico es muy malo. No hay grandes esperanzas que esto se recupere luego y por donde se lo mire este va a ser un mal gobierno en términos económicos. La verdad, es que ella ha presentado reformas que la entiende poca gente, el ministro Eyzaguirre ha logrado hacer una reforma que no le gusta a nadie. Hay, a mi juicio, una lectura un poco equivocada de qué cambios quería la gente. Cuándo es el momento de hacer reformas, lo va diciendo la temperatura, pareciera que este no es el minuto ideal para hacer las reformas que ella quiere.
-¿Le ve proyección a la NM?
-Ellos mismos la definieron como un pacto de gobierno. Si al gobierno le va bien y creen que pueden mantener el poder van a seguir unidos como un chicle. Pero si les va mal van abandonar el buque y veremos. Si los que se van son los de más de izquierda, se vuelve a lo que era la vieja Concertación o si finalmente se rompe por el lado de la DC. Si ME-O es el candidato probablemente se rompa por la DC y ahí podríamos empezar a hablar de volver a los tres tercios.