La economía chilena está lejos de tocar fondo. Es que luego de que el Imacec de julio sorprendiera levemente al alza (0,9%, ante estimaciones que anticipaban una contracción), el piso para la actividad este año se registraría en agosto. Este es el diagnóstico que hizo la consultora Gemines en su informe mensual.
El gerente de Estudios de la entidad, Alejandro Fernández, señala que el mercado se “equivocó” en anticipar una contracción de la actividad en julio y no descarta que en el octavo mes del año la cifra sí sea negativa.
“Es probable, en realidad, que el piso en términos de variaciones en doce meses (incluyendo una pequeña posibilidad de valores negativos), se alcance en agosto, cuando aparte de contar con un día hábil menos, los indicadores sectoriales sigan comportándose muy negativamente. Los datos de balanza comercial para el octavo mes del año abonan esta hipótesis”, señala el experto.
Fernández dice que en vista del crecimiento trimestral en los últimos períodos, hay “pocas razones” que anticipen un repunte en la actividad en los próximos meses.
“Desde noviembre del año pasado el crecimiento se ha mantenido casi todo el tiempo bajo el 2%, algo no observado desde los tiempos de la crisis financiera en 2008-09. Incluso si esto mejora algo el resto del año, es poco probable que 2014 concluya con un crecimiento de más de 1,8%”, advierte.
¿La solución? Cambiar expectativas
Para el titular de Estudios de la consultora, la única manera de que haya un punto de inflexión en términos de crecimiento es un cambio en las perspectivas del sector privado, no un impulso de parte del sector público.
“Lo más importante es que se necesita un cambio de actitudes y perspectivas para que esta tendencia cambie significativamente y la respuesta no se encuentra en políticas fiscal y monetaria contracíclicas, sino en el restablecimiento de la confianza y la revalorización de la actividad privada como motor de la economía”, argumenta.
En este sentido, sostiene que la aprobación de la reforma tributaria la semana pasada ayuda a reducir las incertidumbres, pero advierte que las próximas reformas (laboral y constitucional) también contribuirán a generar ciertas inestabilidad en el clima de inversiones.
“El estímulo fiscal, en mi opinión, contribuirá poco al crecimiento mientras no cambien las perspectivas privadas y no está claro que estas mejoren si se mantiene el vértigo reformista.