El lunes pasado, el Banco Central dio a conocer su Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre, en el cual planteó que la inflación anual se mantendrá por sobre el techo del rango meta (4%) durante gran parte de 2016, para cerrar el año en 3,8%.
Pese a esto, en el mercado persiste una visión más positiva para la evolución de los precios durante el próximo año. Así lo reveló la última Encuesta de Operadores Financieros (EOF) del año publicada ayer, en la cual los pronósticos apuntan a que la inflación cerrará en 3,4% en 2016.
Los datos arrojan que menos del 10% de los encuestados cree que el IPC acumulado en doce meses se encontrará en un nivel igual o superior al pronosticado por el instituto emisor.
La menor presión prevista para la inflación estuvo acompañada por un ajuste a la baja en la visión para el tipo de cambio al cierre del próximo ejercicio, ya que la EOF anticipa un nivel de $ 702,5 al cierre de 2016. En el sondeo realizado a comienzos de diciembre, los pronósticos apuntaban a $ 710.
En términos de política monetaria, se incorporó el mensaje entregado por el presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara, quien recalcó que la entidad continuará reduciendo el estímulo monetario a un ritmo “pausado”, pronosticando dos alzas de 25 puntos base en la segunda parte del próximo año, situando la tasa en 4% en enero de 2017.
Los motivos en juego
De acuerdo al economista de Scotiabank, Benjamín Sierra, el panorama previsto por los operadores financieros está ligado principalmente al desempeño cambiario, que se está ajustando hacia una apreciación del peso, y al importante retroceso del precio del petróleo “que va más allá de un tema coyuntural”.
“Esos son los dos factores que creo han estado determinando al mercado y por otra parte también se está incorporando que la proyección de crecimiento para el próximo año viene débil”, dice Sierra, cuya estimación para el incremento del Producto en 2016 es de 1,9%.
BBVA Research tiene una visión similar a la del mercado para la inflación en doce meses: espera que se ubique entre 3,1% y 3,5%, la cual también contempla un tipo de cambio en niveles de $ 690.
Respecto al efecto del petróleo, el economista de la entidad, Aníbal Alarcón, cree que éste ayudará a contener las alzas esperadas para la inflación en los primeros meses de 2016 a raíz del incremento en el impuesto de timbres y estampillas. “Si el tipo de cambio se apreciara algo más, los precios de las gasolinas a nivel doméstico se traspasarían de a poco y restarían presión inflacionaria en el primer mes del año por lo menos”, sostiene.
Para el economista de Banchile Inversiones, Nathan Pincheira, la diferencia radica en los pronósticos de PIB. “Probablemente, lo que ven es una actividad que mediante la creación de brechas adicionales estaría disminuyendo las presiones inflacionarias y fomentando esta menor inflación hacia el próximo año”, dice. Su visión incluso es más negativa que la del Central y prevé un IPC en 4,2% a diciembre 2016, ya que cree que aún hay efectos del traspaso a precios a raíz del dólar que faltan por incorporar en la inflación.

La visión del gobierno
El gobierno reafirmó ayer que la economía chilena está "sana" y puede alcanzar mayores niveles de crecimiento. "Tenemos una economía sana con un buen manejo monetario y fiscal que nos permite tener condiciones para tomar mayores niveles de crecimiento", dijo el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes en la presentación de la publicación "Commodity Prices and Macroeconomic Policy", que realizó el Banco Central.
"Sin lugar a dudas acá tenemos que trabajar para lograr esos mayores niveles de crecimiento", añadió. El ministro reiteró que la economía chilena tiene el desafío de diversificar su estructura productiva con el objetivo de "reducir la vulnerabilidad de la economía a variaciones y fluctuaciones en los precios de las materias primas".
Entre los sectores que tendría Chile para diversificarse está el minero. "El desafío ahí es pasar de ser un país exportador de cobre a uno exportador de minería donde los proveedores de la minería local también puedan vender y exportar esos servicios al resto del mundo", explicó.
El secretario de Estado expuso que esto implica implementar una agenda donde el emprendimiento, la innovación y el desarrollo de pequeñas y medianas empresas sea el eje del desarrollo de las políticas.
"Tenemos que hacerlo reactivando la inversión privada generando también nuevas fuentes de innovación, un mayor compromiso de las empresas con la investigación y desarrollo (...) y ciertamente con la mejora en las distintas dimensiones desde el sector público que nos permitan incrementar la productividad", dijo.