A casi cuatro meses de que deje la presidencia de la Asociación de Bancos, tras ejercer el cargo durante cuatro años, Jorge Awad se siente "muy orgulloso" de su legado: actualmente la industria está a punto de dar el salto desde una banca transaccional a una digital, con un alto nivel de solidez. Y como muestra de ello recuerda la "buena nota" con que calificó el Banco Central a la banca en su último Informe de Estabilidad Financiera.
En este contexto, el ejecutivo decidió entrar de lleno en el análisis de los desafíos más relevantes que deberán enfrentar, tanto la asociación que él encabeza, como la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC).
Esto porque, según comentó en entrevista con Diario Financiero, ambas asociaciones gremiales tendrán que estar a la altura de los retos y metas que tiene Chile para los próximos años: convertirse, definitivamente, en una economía globalizada y desarrollada.
-¿Cómo va el proceso de búsqueda de su sucesor en la Asociación de Bancos?
- Aún no hay ningún nombre concreto y la verdad ni siquiera ha comenzado alguna búsqueda. Lo más probable es que esto surja de una conversación entre los cuatro bancos más grandes. De hecho, cuando a mí me escogieron para asumir la presidencia, fue por una decisión que tomaron entre los cuatro grandes y punto. Y no hubo nunca otro candidato.
-¿Y todos los nombres que han surgido últimamente?
- Ese revuelo mediático surgió de los gerentes generales de algunas entidades, los que querían tomarse la asociación gremial, pero no tiene relevancia. Y la decisión la toma el directorio, en donde la única observación que yo he reiterado es que me gustaría que fuera un director de banco, por la visión de largo plazo que conlleva el cargo, y porque, genuinamente, representa la propiedad.
-¿La mayor exigencia para los directores por los horarios no sería un problema?
-Yo me dedico medio día, todos los días. Si se quiere hacer esto sin dedicar medio día personalmente, no funciona. Lo importante, es que la persona que se haga cargo también lo decida en base al ciclo en que está su carrera, como yo lo hice.
-¿Qué nombres encajarían mejor en ese perfil?
-A mí me gustaría que fuera alguno de los miembros que integran la mesa directiva de la asociación, ya que cualquiera de ellos sería un presidente natural. El problema es que quizás algunos no tendrían la disponibilidad ni la disposición para asumir el puesto.
-Saliendo ahora de la banca, ¿cuáles son los desafíos que enfrentará el sector privado en los próximos años?
-Hay que tener una aproximación más delicada, más relativa, a lo que está pasando en el mundo; también menos ideologizada de forma que se logre que los gremios empresariales aprecien el futuro económico de este país.
Chile tiene la oportunidad de crecer sobre variables nuevas, para un ciclo nuevo. Lo importante, es que estas variables las tiene internamente, para ponerlas al servicio de este ciclo mundial nuevo, caracterizado por un petróleo 50% más barato.
Vamos a comenzar un ciclo con el rugir del motor de las exportaciones, las que llegarán a ser de unos US$ 100 millones anuales y con un tipo de cambio sobre los $ 600, con una política monetaria y fiscal muy ordenada y con un riesgo país muy bajo.
-¿Las reformas estructurales no representan un riesgo para este nuevo ciclo?
-No. De hecho, las variables del ciclo de los próximos tres años coincidirán con dos reformas muy importantes: la tributaria y la educacional. Por ende, Chile tendrá resuelta la reforma educacional para capital humano y la tributaria para tener ingresos permanentes para gastos permanentes, que le permitirán volver a crecer a partir del segundo semestre de 2015 sobre el 3%.
-¿Y la reforma laboral no influye?
-La veo como un proyecto que permitirá establecer un nuevo sistema social de convivencia entre empresas y sindicatos y no la considero como un sistema de costos.
Entonces, en el 2020 tendremos estas tres reformas implementadas, con inversiones globalizadas, por lo cual Chile tendrá lo que partió hace 30 años de manera incipiente: seremos una economía global de verdad.
-¿Qué rol deberá ejercer la CPC en este panorama?
-Debe tener un liderazgo más proactivo, utilizando las ventajas de los factores que tiene el país para sacarle el máximo de beneficios y oportunidades a todo lo que se viene.
-¿Cree que la ideología aún sigue pesando en la entidad?
-Creo que sí, por lo que pienso en una CPC que tenga mucho más contenido y con un capital humano que la compone mucho más fuerte, para que realmente pueda dar opiniones muy bien fundadas las que realmente aprovechen todas las virtudes del país.
-¿Cuál es el candidato que tiene la ABIF para la CPC?
-No hay candidato, felizmente hay algo objetivo. Siempre los candidatos de la ABIF a la CPC han sido por unanimidad. Yo creo que esta vez no será la excepción. Es por ello que contratamos a Virtus para que haga un diagnóstico tanto para la ABIF como para la CPC, y a fines de enero expondrán las conclusiones de las conversaciones que han tenido con distintos personeros de la banca.
-Llama la atención que sea la primera vez que se necesita de un agente externo para tomar esa decisión.
-Es que el mundo está más difícil. El grado de especialización es absolutamente alto, por lo que hay que ser extremadamente cuidadoso, y no nos podemos equivocar en el rol que deben tener la ABIF y la CPC. Hay que ir perfeccionándolas y para eso hay que contratar a los expertos que más te ayuden, ya que por más que sean asociaciones gremiales, tienen un modelo de negocios.
-¿Qué debe pasar con los integrantes de la CPC? Al menos para que la ideología ya no sea un factor...
-Más que un cambio generacional, primero hay que ver si estamos todos los que debemos estar. Por ejemplo, actualmente no están las Isapres, ni las AFP, ni las compañías de seguros, las que deberían tener representatividad. Entonces, tenemos que ponernos de acuerdo en cuántas ramas deben ser; si continúan las seis o se aumentan. Junto con ello, hay que definir el potencial que debe tener una actividad para ingresar a la CPC.
"En 2015 debiéramos hacer una evaluación global del decreto 222"
Los problemas de disponibilidad y operatividad de los cajeros automáticos fueron un dolor de cabeza constante para la banca durante 2014, instalando a la industria en el centro de la polémica.
Sin embargo, el presidente de la entidad gremial del sector, Jorge Awad, afirmó que "no puede dejar de destacarse que hay un problema de seguridad en la sociedad. Y, por lo tanto, no puede pensarse que ese problema lo van a poder resolver sólo los bancos". Por ello, dijo que hay unanimidad en que se debe fortalecer el sistema de penas y castigos para quienes cometen los delitos contra dispensadores.
En este escenario, calificó la aplicación del decreto 222, que obliga mayores medidas de seguridad para los cajeros, como una iniciativa "proactiva".
Aunque destacó que "no me cabe duda que en el primer trimestre del próximo año debiéramos hacer una evaluación global entre las autoridades y la industria de cómo seguir mejorando este decreto". Reveló que los técnicos se encuentran analizando los aspectos que podrían mejorarse y emitirán un informe del tema en los próximos meses, el que será presentado a las autoridades.
Opciones de efectivo
Awad explicó que la operación de los cajeros ha tenido siempre un alto costo de arriendo en los comercios, por lo que el encarecimiento que ha traído la normativa , probablemente, "producirá una racionalización en la ubicación de los dispensadores. Es decir, será necesario hacer un reordenamiento".
Por esto, enfatizó que "aquí se trata de ocupar el sistema completo de abastecimiento de efectivo", agregando que hace un par de décadas la única forma de obtener efectivo era por medio de los dispensadores.
Respecto a la normativa de la Superintendencia, que establecerá un "up time" de 95% para los cajeros, dijo que deberán readecuar algunas cosas para su cumplimiento. Por ejemplo, "en los comercios analizaremos los contratos que tenemos y las condiciones del transporte de valores, de manera de tener claro cuáles son los derechos que hay para hacer las recargas y en qué horarios", precisó.