BMRC inicia etapa 2.0 con miras a potenciar su área de negocios
En abril, el consorcio se adjudicó su primera patente.
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El consorcio tecnológico empresarial de biomedicina, Biomedical Research Consortium (BMRC), compuesto por la U. Católica, Recalcine, Igloo Zone y Bestpharma; inició su etapa 2.0 con seis líneas de investigación -dos nuevas y cuatro que vienen de su primer período- y un financiamiento de $ 7.826 millones, de los cuales $ 3.880 millones provienen de InnovaChile de Corfo y $ 3.946 millones de los socios. “Las dos nuevas líneas se desprendieron de una investigación del consorcio 1.0, lo que demuestra que de la primera etapa derivaron nuevos investigadores jóvenes, algo muy positivo”, destaca la nueva gerente general del BMRC, Rebeca Ibacache, quien busca transferir la ciencia al mercado.
Para esto, explica, pretenden crear diversas instancias de acercamiento con inversionistas, entre las que se encuentran reuniones y presentaciones de los proyectos. Además, “en la primera etapa del consorcio generamos diez solicitudes de patentes y ahora esperamos presentar varias más, lo que amplía las oportunidades de hacer negocios”, subraya.
De las seis líneas desarrolladas por profesores de la facultad de Medicina y de la facultad de Ciencias Biológicas UC, cuatro son a cinco años y dos, a diez años. Entre las primeras, se encuentra el desarrollo de un nuevo fármaco para controlar la hipertensión y síndrome metabólico; un test de pronóstico del cáncer de tiroide; un kit de detención múltiple y rápido de virus respiratorios, y una de terapia oncológica personalizada. En tanto, las segundas, incluyen un proyecto de inmunoterapia para Lupus y una vacuna contra el Metaneumovirus humano.
La primera patente
En abril de 2014 y tras ocho años de investigación, el consocio se adjudicó su primera patente: una nueva metodología diseñada por el académico de la facultad de Ciencias Biológicas UC, Alexis Kalergis, para tratar enfermedades autoinmunes como el Lupus y la Esclerosis Múltiple.
Concedida en Chile y en tramitación en EEUU y Canadá, el investigador explica que con esta patente se apuntó a los mercados de esos países porque, junto con Europa, son los más interesantes para su innovación. Además están evaluando las posibilidades comerciales más atractivas, sin cerrarse a la opción de crear un spin off, licenciarla o realizar estudios clínicos para luego comercializarla. Kalergis continuará investigando en esta línea y adelanta que “ya hay nuevos hallazgos que pretendemos patentar”.