La llegada de agosto, contra todo pronóstico sobre lo ocurrido en los últimos veranos en España, sorprendió a los inversionistas con un festival poco usual en esta época del año. En las seis primeras siete jornadas bursátiles del mes, el IBEX 35 anota un repunte de 6,12%, rendimiento que, de mantenerse, supondría el mejor agosto del índice desde 1993 y representaría el segundo de los últimos ocho en el que se han producido avances.
Buena parte de la “culpa” de esa subida la tiene la expectativa generada por el BCE para atajar la crisis de deuda, que ha dejado a las bolsas con un buen sentimiento. Pero los inversionistas no se atreven ya a apuntar más alto. Tras ganar el IBEX un 21% en menos de dos semanas, las fuerzas podrían agotarse. Por ello, cuando el efecto artificial de las palabras de Mario Draghi desaparezca, Miguel Ángel Rodríguez, analista de XTB, considera que el selectivo se corregirá hasta “un primer objetivo que podemos ver en los 6.850 puntos, y una vez que se sobrepase este nivel, el siguiente soporte puede estar sobre los 6.600 puntos”. Es decir, más de un 7% por debajo del nivel actual.
Y pese a que a las promesas de Draghi se suma el discurso de Mariano Rajoy, que dejó la puerta abierta a una petición de rescate de la economía española (eso sí, light), lo que según Iván Martín, gestor del Aviva Espabolsa, será “positiva en el corto plazo”, los inversionistas empiezan a pedir más concreción. Y no parece que vayan a tenerla en agosto.
Con todos estos componentes, Martín asegura que la volatilidad volverá a ser un factor clave en el comportamiento de los mercados durante las próximas semanas, por lo que “si no se ha invertido ya, posiblemente ya no merezca la pena correr el riesgo”. (Expansión)