Esta semana, Catalina San Martin salió de vacaciones -sin goce de sueldo-, y se fue a la playa. Han pasado dos meses desde que la ex Evópoli dio la sorpresa, ganó a Marcela Cubillos y se instaló como alcaldesa de Las Condes. Su promesa de campaña fue la probidad y la independencia. Y por lo mismo, dicen quienes han compartido con ella, “llegó sola y sigue sola”. No sólo porque es independiente, y por tanto, su relación con los partidos de Chile Vamos es sólo a través de sus pares de comunas aledañas de derecha, con la UDI a través de los alcaldes de Providencia y La Reina, y con RN a través de Lo Barnechea y Vitacura (con Evópoli no tiene relación, dicen), sino además porque ha contratado a un grupo pequeño de colaboradores.
En la conformación de equipos e instalación la ayudó el periodista Jaime Canitrot. Hoy el círculo de asesores más cercano de San Martín lo componen cuatro personas: su jefe de gabinete Ignacio Gil; su jefe de comunicaciones Roberto Valdés (ambos ex funcionarios del gobierno de Sebastián Piñera); su administradora municipal Nayel Klein, ex Sepcla; y su directora jurídica Alicia de la Cruz (abogada que trabajó en Contraloría con Jorge Bermúdez). A cargo de la Seguridad Pública nombró al retirado general de división del Ejército Christian Bolívar. La nueva edil trajo además al periodista Víctor Brevis como coordinador de contenidos y a Josefina García de community manager, y a “un par de abogados junior”.
El foco en estos dos meses ha sido auditar la gestión anterior de Daniela Peñaloza. En eso hay sumarios, investigaciones y auditorias andando en manos de Contraloría; del estudio Bacs, del abogado Miguel Schürmann (Corporación de educación y salud); y de AGPP, del abogado Alberto Precht (revisión de contratos). Los resultados debieran estar antes de los primeros seis meses de gestión.