Economistas piden a Valdés concretar “lo más pronto posible” señal de menor gasto público para este año
También estiman que es indispensable examinar el camino que se tomará en los próximos años para garantizar la reducción del déficit estructural.
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El menor precio del cobre y el deterioro en el escenario internacional llevaron a principios de febrero al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, a plantear la posibilidad de reducir el ritmo de crecimiento del gasto público para este año, el cual subiría 4,4% según lo estipulado en el Presupuesto 2016.
En esa ocasión, aclaró que más que recortar el gasto se “graduaría” su rumbo, cuya magnitud se decidiría tras conocer los nuevos parámetros para el metal a mediano plazo que entregó este mes el comité de expertos y que se publicarán en marzo.
Tras el fin de su feriado legal, el ministro retomó ayer su agenda de actividades, que incluye reuniones con su equipo de asesores, algunos ministerios y también con el equipo de la Dirección de Presupuestos.
Y a una semana de comenzar el tercer mes del año, economistas locales coinciden en la importancia de que el secretario de Estado concrete la señal de mayor austeridad fiscal “lo más pronto posible”, reduciendo entre US$ 500 millones y US$ 1.500 millones el Presupuesto para este año.
“Mientras antes se muestre un ajuste del gasto, será mejor en términos de señal de responsabilidad fiscal para el mercado”, plantea el economista de CorpResearch, Mauricio Carrasco, quien ve una disminución en torno a US$ 500 millones.
De acuerdo a Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados, si el ministro Valdés quiere respetar el compromiso de balance estructural -bajar hasta 0,5% del PIB el déficit estructural a 2019- , significaría un crecimiento del gasto cercano a 1% para 2017, un ajuste “bastante fuerte” para un año de elecciones. “Políticamente, es algo que se ve bien difícil”, dice y por eso apuesta por una corrección durante este ejercicio en un rango de US$ 500 millones a US$ 600 millones.
Un paso más decidor espera el economista jefe para América Latina de Principal, Valentín Carril, quien sugiere una corrección cercana a 0,5 puntos del PIB (unos US$ 1.200 millones). “Como está el escenario global, con la gente preocupada por el riesgo, sería una súper buena señal que hagamos un ajuste, ojalá lo antes posible. Esto es como sacarse un parche curita: es doloroso, pero más vale hacerlo de golpe. No me suena que haya una prioridad más urgente que ésta, sobre todo ahora que tenemos la clasificación de Codelco en riesgo”.
Similar es el panorama que visualiza el socio de Econsult, José Ramón Valente, quien cree que un pronto anuncio permitirá a las distintas reparticiones adaptarse. “Mientras más nos demoremos, más rígida será la ejecución de ese gasto y menos flexibilidad tenemos para efectivamente ejecutar la reducción que queramos”, asegura.
Dada la visión para el precio del cobre y el crecimiento de la actividad a futuro, sostiene que el gasto público no debiera crecer más allá de 3% este año, lo que significaría un ajuste del orden de US$ 1.500 millones de acuerdo a sus cálculos.
Escenario sin correcciones
Algunos economistas no ven tan viable desacelerar el gasto público en 2016, debido a que el presupuesto ya fue aprobado por el Congreso y ciertos gastos ya están comprometidos. En esa línea, su sugerencia es concentrarse en un plan para los próximos años con el fin de alcanzar el compromiso de balance estructural.
Así lo plantean en Credicorp Capital. La entidad ve ajustes en el gasto recién a partir de 2017 -y hasta 2019- a un ritmo en torno a 2,5% a 3%, con lo que el gobierno lograría cumplir su meta. “Más que el déficit de este año, lo que preocupa es la trayectoria, sobre todo del déficit efectivo que se pueda tener con este nuevo escenario global. Bajo ese punto, vemos como algo menos dañino para el crecimiento de este año y en términos de señal bastante positivo, actualizar el plan de gasto de los próximos años más que hacer una modificación este año”, dice el economista de la entidad, Andrés Osorio.
El economista de Libertad y Desarrollo Francisco Klapp cree que no sería positivo un “shock fuerte” de disminución del gasto, porque también le preocupa la trayectoria de largo plazo. “Uno puede tener años de déficits, los hemos tenido, pero lo importante es recuperar la confianza y saber que el próximo año enfrentaremos el gasto con un crecimiento más razonable y en línea con el producto”, señala.
"Reasignar será relevante"
La subejecución del Presupuesto 2016 también fue una opción planteada por el ministro Valdés, algo con lo que no concuerda Valente, ya que para él lo óptimo sería reasignar los gastos en relación a la efectividad de los programas de las distintas carteras.
"Se debe hacer una revisión, y dado que es una cirugía mayor cortar US$ 1.500 millones de crecimiento (del gasto), hay que hacerlo en aquellos lugares donde el gasto no está cumpliendo los objetivos para lo cual fue diseñado", plantea el socio de Econsult.
Para esto, expone Valente, el gobierno debe revisar sus propias evaluaciones de los programas, y que aquellas partidas que están calificadas con insuficiente "sean las primeras candidatas a ser recortadas".
"Efectivamente, se debe disminuir US$ 1.500 millones en el neto, pero eso puede significar que algunas partidas disminuyan mucho más que otras. El tema de reasignar es súper relevante para poder hacer esta disminución", concluye.
Efectos en clasificación de riesgo
Valentín Carril cree que las señales de austeridad del ministro de Hacienda son bastante positivas en términos de la clasificación de riesgo del país y, por lo mismo, celebra un posible ajuste en el gasto.
Esto, porque en su opinión si no se hace nada para mejorar el escenario fiscal, ve una probabilidad "relativamente alta" de un cambio en las perspectivas de la clasificación.
"Si no hacemos nada, es bastante probable un cambio en las perspectivas, pero una rebaja en la clasificación la veo bastante lejana", afirma. El experto aclara que esta visión responde a un escenario global de menor liquidez y mayor riesgo, más que al panorama particular de Chile. "Quizás si esto mismo hubiese pasado en un momento distinto, hace un par de años, el riesgo sería mucho más bajo", agrega.
En su opinión, para una rebaja en la clasificación "tendríamos que no reaccionar o reaccionar mal a un cambio en el creditwatch". Pero, agrega, "si se toman las decisiones correctas y arreglas el escenario, detienes la acción". sostiene.
Inversión e impacto en el ciclo
Frente a este panorama más austero, la gran duda es dónde se podría desacelerar el gasto, tomando en cuenta que hay dineros asociados a proyectos de ley y, por lo tanto, no pueden ser tocados.
Para Patricio Rojas, el ministro Valdés tendrá capacidad de acción en compras de bienes y servicios en algunos ministerios y en inversión pública, dónde será importante el timing en el que decida realizar los ajustes.
"En la medida que el gasto se tiende a disminuir a comienzos de año, especialmente en inversión pública, eso tiene un efecto claro en el ciclo. La economía ya está débil y, por lo tanto, en la medida que reducimos gastos que estaban contemplados para la primera parte del año, esto tiene un efecto en que la economía va a seguir con un dinamismo flojo", señala. En esa línea, ve como una mejor opción bajar los gastos previstos para la última parte del año, con el fin de disminuir los efectos en el ciclo.
"Esto va a depender de donde el ministro pueda visualizar que tiene algún espacio para reducir el gasto", asegura.