Banca / Instituciones Financieras

Alza en tarjetas de débito 
y cuentas vista disparan 
la bancarización en el país

Cobertura alcanzó al 65% de la población al primer semestre, destacando el aumento de las transacciones y los montos para el período 2007-2011, a pesar de la caída del stock de cuentas.

Por: | Publicado: Lunes 6 de agosto de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por sebastián valdenegro y maximiliano villena

Un marcado aumento registró el porcentaje de chilenos con acceso a los instrumentos de financiamiento que ofrece la banca nacional. Acorde con los resultados revelados por el estudio "Medios de Pago en Chile: Usos, Preferencias y Percepciones de los Consumidores", realizado por Gemines Consultores, la bancarización alcanzó al 65% de la población al primer semestre de este año, versus el 55% de doce meses atrás.
En 2010, a su vez, la cobertura llegaba a 52%.
Para el socio de Gemines Sergio Arancibia, el incremento es "relevante", ya que "se progresó mucho en bancarizar a la población producto de la masificación de la cuenta RUT, y que los bancos le han dado mucho apoyo a las cuentas vista".
Precisamente, estas últimas, unidas a la expansión de las tarjetas de débito asociadas en el stock de cuentas, explican en buena medida el avance de 10 puntos base en la bancarización.
"A nivel de tendencia, el débito viene creciendo muy fuerte. En general, todos los medios de pagos vienen expandiéndose muy fuerte", afirma Arancibia.
En el último quinquenio (2007-2011), de hecho, la participación de mercado de las tarjetas de débito creció desde 20% a 37%.
Tanto fue el dinamismo de este instrumento, que contrarrestó la caída en otros apartados, como el stock de cuentas, que cayó 3% entre enero-junio, explicado por la baja de 20 puntos en las tarjetas no bancarias debido al caso La Polar (ver nota secundaria).

Transacciones y montos
El estudio también muestra que las transacciones avanzaron 26% entre 2007 y 2011, destacando el aumento de participación del débito y el e-banking en siete y cuatro puntos, respectivamente. Como contraparte, las tarjetas no bancarias y los cheques perdieron seis puntos.
En este período, los montos nominales crecieron 38%. En este ítem se lució el aumento de participación de los cajeros automáticos (nueve puntos), el débito (cuatro puntos) y las tarjetas bancarias (tres puntos), mientras que la caída más pronunciada la acusaron los cheques de personas naturales, con 16 unidades menos, aunque aún expliquen más del 50% de los montos.
"Gran parte de lo que se traslada en los montos hechos con cheques no se va a tarjetas electrónicas, sino a cajeros automáticos", señala Arancibia, poniendo el foco en la presencia de terminales para realizar los giros. "¿Habrá suficientes en los sectores emergentes? ¿Habrá saldo? Los dos grandes requisitos para usar las tarjetas es tener saldo y un terminal habilitado", afirma.

Segmentos y edad

Del total de más de 20 millones de tarjetas que el estudio estima que están en las billeteras de los consumidores, destaca el hecho de que el segmento ABC1 posee casi el doble de plásticos bancarios en relación al D, mientras que la tendencia se revierte en el caso de las no bancarias, donde el segmento D casi quintuplica al ABC1. Otro elemento que sobresale es la masiva presencia de tarjetas de débito en el segmento D. "Llama la atención que el débito supera a las no bancarias en los segmentos más vulnerables, que tradicionalmente había sido la forma de pagar de estos segmentos", observa Arancibia.
El grupo C1 es quien accede "mayoritariamente" a todos los medios de pago, mientras que sólo las tarjetas no bancarias tienen una presencia "significativa" en el D. "Esto genera un amplio uso de efectivo en este sector de la población", dice el informe.
En términos etarios, a más edad hay un mayor rechazo a la bancarización: 47% de los consultados entre 55 y 64 años no poseen cuentas, mientras que apenas el 25% entre 25 y 34 años señalaron lo mismo. "El tema de los no bancarizados, más que un tema socioeconómico, tiene que ver con un tema de edad. La gente de más edad es más resistente a las cuentas rut y a la tecnología. Es más desconfiada", dice Arancibia.

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