Economía

Presión por impugnación se mantendrá instalada en gobierno de Rousseff

De ser aceptado, el proceso sería tortuoso y podría prolongarse durante varios meses.

Por: Ainhoa Murga | Publicado: Viernes 9 de octubre de 2015 a las 04:00 hrs.
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La tensión política en Brasil escala por minutos. Los golpes políticos asestados al gobierno de Dilma Rousseff durante esta semana alimentan las posibilidades de iniciar un juicio político contra la mandataria y elevan las posibilidades de que esa “luz al final del túnel” que Rousseff dice ver sea precisamente la del ocaso anticipado de su segundo período en el poder.

A diez meses de su reelección para un segundo término, Rousseff está atascada en una batalla por la supervivencia política. Y aunque el gabinete asegura que la presidenta es firme en su posición y está preparada para una pelea política seria, el retraso en la votación de los vetos presidenciales referente a medidas de ajuste fiscal en el Congreso, el rechazo del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) a las cuentas del ejercicio fiscal de 2014 y la decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE) de investigar el financiamiento de la última campaña de Rousseff, eleva la presión contra un gobierno de por sí debilitado que afronta al mismo tiempo la recesión económica más grave en 25 años.

En los próximos meses el gobierno enfrentará la resolución de las diversas peticiones de impeachment presentadas en el Congreso, el resultado de la investigación del TSE que podría gatillar la impugnación de su victoria en las elecciones de 2014 y provocar la disolución de su gobierno y, ya en 2016, la Cámara de los Diputados revisará las cuentas de 2014, confirmó ayer el presidente del órgano, Eduardo Cunha.

Impeachment sin apoyo

El fallo del TCU no es vinculante, pero si ambas cámaras lo confirman, serviría de base a los legisladores de la oposición para justificar el inicio de un proceso de impeachment contra la presidenta. Cunha explicó que no hay plazo para que la comisión designada vote al respecto y que el Congreso empezaría a analizarlo el próximo año, según el diario Valor Económico. El presidente de la cámara informó de la llegada de dos nuevos requerimientos para apartar a la presidenta (que se suman a la decena ya presentados), pero indicó que no serán despachados aún.

Los líderes opositores celebraron la decisión del TCU a sabiendas de que, pese a todo, podrían no lograr sacar adelante un impeachment. El gobierno, en tanto, respondió enérgicamente que no hay fundamentos legales para el fallo y que responde a meras intenciones políticas contra Rousseff. Los expertos subrayan ya que el impeachment podría intentarse, pero que es muy probable que no logre el apoyo suficiente.

“Esto provocará definitivamente un proceso de impeachment”, afirma a Financial Times Sérgio Praça, de la Fundación Getulio Vargas. En su opinión, aunque el gobierno no tiene control del congreso nacional, el proceso promete ser largo y sangriento, sin seguros de que resulte en la desitución de Rousseff. Según Praça, no hay suficiente apoyo. Se requiere el voto de dos tercios del Congreso para empezar el proceso y dos tercios del Senado para decidir. “El resultado podría ser el peor posible: empezar el proceso y prolongarlo durante meses mientras Dilma sigue en el poder”, apunta.

En la misma línea, el analista político de la UAI, Guillermo Holzmann, afirmó a DF que “no se dan las condiciones para que se realice una votación de esta naturaleza” y que estas maniobras son una manera de forzar un diálogo con Rousseff “para darle sustento para que cambie algunas medidas o transparente algunas situaciones para que termine su mandato” o, incluso, para “proponer una salida elegante del gobierno”. “La crisis ha llegado a un punto en que Rousseff va a tener que negociar”, apunta.

Mientras se define esta arista, el gobierno esperará la decisión del TSE respecto al presunto financiamiento ilegal de la campaña de 2014, proceso que también se espera largo y tortuoso. Esta investigación podría invalidar la victoria de Rousseff gatillando una elección anticipada, un escenario poco probable para los analistas.

 

Carlos Malamud: "Lo deseable es un pacto para mantener a la presidenta"

El devenir en el escenario político brasileño durante los próximos meses es incierto y entrar en la vía del impeachment podría generar mayor incertidumbre en un momento complicado para el país. Así lo explica el analista senior del Real Instituto Elcano, Carlos Malamud, para quien lo deseable sería un pacto de Estado que asegurase el mandato de Rousseff.


- ¿Cree que el parlamento ratificará al TCU e iniciará un proceso de impeachment?


- Dependerá del juego político y de los acuerdos. El camino del impeachment es complicado sobre todo teniendo en cuenta el momento que vive el país, en que la crisis política dificulta la salida de la crisis económica. Muchos buscan un impeachment, pero los que tienen una postura más centrada en los intereses de Brasil son más reticentes. Lo deseable sería un pacto de Estado para mantener a Rousseff hasta final del mandato con ciertas condiciones, pero habrá que ver si realmente las partes están dispuestas a llegar a un acuerdo de este tipo.


- ¿Podría el gobierno impedir un impeachment basado en ese dictamen?


- Es una situación de gran incertidumbre y gran volatilidad. Dependerá de la disciplina de voto de los partidos que forman la coalición del gobierno.


- ¿Cree que Rousseff dimitirá?


- No es un escenario descartable, habrá que ver cuál es el aguante de Dilma frente a una situación tan estresante.


- ¿Qué podemos esperar en los siguientes meses?


- Los jugadores no quieren mostrar sus cartas. No sabemos qué frente derivará en un impeachment. Cualquier solución transitoria que traiga más incertidumbre e inestabilidad es mala y más en el momento que vive Brasil.

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