Por Matthew Garrahan en Las Vegas
A Sheldon Adelson le gusta pelear. El millonario republicano transformó Las Vegas con la construcción de un enorme centro de conferencias en su casino Venetian. También desafió las reglas al convertir Macao, en China, en un destino de juegos y construir imponentes casinos.
Ahora espera cambiar las primas republicanas con una donación de US$ 5 millones a Newt Gingrich. Con una gran fortuna personal, Romney tiene más dinero que sus rivales.
Sin embargo, con Adelson como apoyo, Gingrich, ex líder de la Cámara Baja, podría revertir los sondeos donde ha perdido su liderazgo.
Hijo de un inmigrante lituano, Adelson empezó vendiendo diarios en las esquinas. Gracias a su fuerte instinto empresarial hizo su fortuna en el rubro del turismo. Como presidente de Las Vegas Sands, administra una de las mayores firmas de juegos del mundo. Sufrió con la crisis financiera en 2008, pero invirtió US$ 475 millones de su bolsillo y logró que la firma se recuperara.
Apoya fuertemente a Israel y es un generoso filántropo. Es un estrecho aliados del primer ministro judío Benjamin Netanyahu y se opone a la solución de los dos Estados en el conflicto árabe-Israelí. Recientemente también respaldó las polémicas declaraciones de Gingrich cuando dijo que los palestinos eran “un pueblo inventado”.
“Lean la historia de los que se llaman a sí mismos palestinos”, dijo hace poco, “y entenderán por qué Gingrich los llama un ‘pueblo inventado’. Hay muchos palestinos que reconocerán la verdad de esta declaración”.