El Banco de Japón (BOJ) amplió hoy su inyección de liquidez de urgencia hasta el récord de 15 billones de yenes (US$ 183.825 millones), la mayor de la historia, informó la agencia local Kyodo.
La nueva inyección de liquidez supera al anterior récord marcado el 10 de octubre de 2008, de 4,5 billones de yenes (US$ 55.147 millones), y tiene como fin garantizar la estabilidad financiera del país tras el grave terremoto del viernes.
En un primer momento, y en coincidencia con la apertura de la Bolsa de Tokio, el BOJ inyectó siete billones de yenes (US$ 85.848 millones), a la que siguió el anuncio de tres billones de yenes adicionales (US$ 36.765 millones).
Esta nueva inyección de urgencia viene después de que el domingo el gobernador del BOJ, Masaaki Shirakawa, comunicó que la institución emisora proporcionaría "amplia liquidez" al sistema bancario del país para afrontar las consecuencias del terremoto.
El banco central de Japón ya señaló ayer que durante el fin de semana puso 55.000 millones de yenes (483 millones de euros) a disposición de trece instituciones financieras del noreste del país que ha sido devastado por el terremoto del viernes.
Además, la institución emisora nipona adelantó hoy lunes una hora la reunión programada para estudiar los tipos de interés, que ha sido recortada a un solo día en lugar de los dos habituales debido al seísmo.
Desplome
Pese a esta anuncio, la Bolsa de Tokio se hundió hoy más de un 6%, hasta su nivel más bajo en cuatro meses, por el temor al impacto económico del terremoto que el viernes devastó varias poblaciones y ha paralizado la producción de numerosas empresas.
El selectivo Nikkei cayó un 6,18%, y quedó en 19.620,49 unidades, su nivel más bajo desde noviembre del año pasado. Peor le fue al Topix, donde cotizan todos los valores de la primera sección, que perdió 68,55 puntos, el 7,46%, y terminó en 846,96 enteros.
Una nueva explosión en la central nuclear de Fukushima fue el detonante de que el parqué tokiota ahondase aún más en sus pérdidas, después de que desde su apertura se hubiera mantenido con pérdidas levemente inferiores al 5%.
En el mercado bursátil influyó la apatía en la actividad laboral del país, tanto en las fábricas repartidas por Japón como en las oficinas de su capital.
Salvo en el sector de la construcción, las pérdidas coparon los 33 sectores de la bolsa tokiota, con los seguros a la cabeza seguidos de los combustibles fósiles.