Universidad Católica quiere más campeonatos y títulos. Y para ello, entienden que deben dar un salto importante en el mercado. Porque están conscientes de que tienen que conformar un equipo de primer nivel que le permita no sólo dominar en el ámbito local, sino que también apuntar a un torneo internacional, y para eso, no bastan las ganas, sino que entra en juego los recursos.
Desde la entidad saben que se necesita de una importante caja para no desequilibrar los balances de la sociedad. Por eso, Cruzados -la concesionaria que administra el club- ha lanzado un aumento de capital por $ 6.000 millones (unos US$ 8,5 millones), asesorado por Bci, y que actualmente está en pleno periodo de opción preferente.
"La recepción ha sido positiva. Este aumento de capital se realizó por el convencimiento del directorio, pero también basado en el interés que mostraron los accionistas mayoritarios y grupos de accionistas minoritarios", dice el gerente general de Cruzados, Juan Pablo Pareja.
De hecho, añade que este período "ha avanzado a un buen ritmo, y es creciente el interés que vamos viendo de los actuales accionistas por suscribir acciones"; así, cuando termine, Pareja espera "un buen nivel de participación de actuales y también nuevos accionistas de Cruzados".
El uso de lo recaudado
El dinero recaudado se usará en un plan de inversión a cinco años, que tiene por objeto financiar, principalmente, tres áreas: el 60% será destinado para el reforzamiento del plantel profesional, a través de la adquisición de pases de jugadores jóvenes y de alta proyección; luego, 35% será para invertir en el mejoramiento de la infraestructura actual de la institución; y el restante 5% se destinará a fortalecer el trabajo del fútbol formativo mediante el mejoramiento de las estructuras y metodologías de trabajo.
Con el apoyo de los minoritarios
A diferencia de otros aumentos de capital, éste no será complicado. La razón: la mesa directiva cuenta con el apoyo de los minoritarios, quienes comandados por Juan Pablo Swett, han impulsado la operación; ello porque si bien reconocen la importancia de tener un club con buenas finanzas "hay que buscar el lado deportivo, y a veces eso requiere de inversiones para ganar cosas importantes, como apostar por copas internacionales y eso requería de un aumento de capital", dice el economista.
Pero además, buscan ir más allá y entrar con un sillón en la mesa directiva, algo que no parece tan lejano, ya que según lo señalado por Swett, han existido conversaciones con el presidente de Cruzados Luis Larraín, quien también ha expresado su intención de que la iniciativa llegue a buen puerto.
Swett agrega que esto constituiría un hito dentro del fútbol chileno, ya que al final, ellos no van a controlar el club, pero sí deben escuchar su opinión como hincha.
"Sería un gran gesto que los hinchas estén sentados en el directorio, algo además bien visto dado que la imagen del fútbol chileno está en el suelo", concluye.