Un paréntesis tuvo ayer la división entre las fuerzas opositoras al gobierno. Y la ocasión la brindó un encuentro sobre un tema que, al parecer, será factor de unión: la reforma tributaria.
Un seminario organizado por el presidente del Senado, Carlos Montes, en conjunto con los jefes de bancada de la DC, Jorge Pizarro, del PS, Rabindranath Quinteros, y del PPD, Adriana Muñoz, sirvió como excusa para congregar tanto a líderes de partido como a los técnicos que dieron sustento a los cambios aprobados en el gobierno anterior y que la nueva administración busca modificar.
A la cita arribó casi la totalidad de los técnicos que elaboraron el proyecto o que tuvo algún rol en Hacienda el gobierno pasado, incluido el exministro de la cartera, Nicolás Eyzaguirre.
En el evento, el exsubsecretario de Hacienda, Alejandro Micco; el excoordinador de Política Tributaria de la misma cartera, Sergio Henríquez; y el exasesor legal Francisco Saffie, se sumaron a la economista Andrea Repetto -quien participó en la comisión tributaria del comando de campaña de Bachelet en 2013- expusieron sobre los sustentos técnicos que la oposición buscará resguardar en el debate tributario.

Puntos intransables
En las ponencias, se abordaron tres temáticas que servirán como el sustento de la reforma del 2014: mantener la carga tributaria, conservar la norma general antielusión y que el sistema impositivo continúe siendo progresivo.
Quien abrió los fuegos fue Micco, quien hizo una suerte de autocrítica señalando que el país sufrió un costo político “tremendo” derivado de la discusión tributaria del 2014 e hizo un llamado a tener “paciencia” y esperar que la reforma entre en régimen antes de proponer modificaciones.
“No fuimos lo suficientemente astutos como para plantear la reforma en 2014 sin crispar los ánimos. Cualquier cambio tributario no es fácil”, aseguró el economista, quien enfatizó que la norma antielusiva era “necesaria”, ya que “hoy queda claro que no deben usarse artimañas para pagar menos impuestos de los que corresponden”.
Repetto planteó que cualquier modificación a la reforma debe resguardar que se reduzca la brecha entre los impuestos a las rentas personales y a las del capital, lo que justificó -en su visión- reducir de 40% a 35% la tasa máxima personal en 2014 y subir de 20% a 27% los impuestos a las empresas.
“Además, hay que cerrar las rendijas que abren la puerta a elusión. La elusión y la evasión afectan la distribución de la carga de los impuestos. Quienes más se benefician y más capacidad de uso de estos mecanismos tienen son los contribuyentes de mayores recursos”, señaló.
Saffie acotó que el nuevo gobierno buscaría que la normativa antielusión pasara a ser de aplicación general a situaciones “particulares”.
Eyzaguirre, por su parte, defendió la esencia de la reforma tributaria de 2014, la que definió como “muy justa, ya que quienes tienen más paguen más porque pueden hacer ese esfuerzo”.
“La pregunta es: ¿lo que necesitamos es aliviar la carga tributaria personal de las personas más ricas en Chile? Mi modesta opinión es que no”, dijo el exsecretario de Estado.