La menor producción de Escondida y Los Bronces, a lo que se agrega El Abra y el cierre de Michilla, estuvieron detrás de la caída que exhibió el sector -y, en particular, el cobre- durante octubre. Así lo explicó ayer el gerente de Estudios de Sonami, Álvaro Merino, junto con precisar que el aumento de Antucoya, Collahuasi y Caserones amortiguará en parte lo ocurrido.
En este escenario, proyectó para 2017 “una recuperación en el sentido que alcanzaremos un nivel de producción similar al del año 2015, esto es del orden de 5.800.000 toneladas de cobre, lo cual implica que el PIB minero crecería el año próximo en torno a 3,5%-4%”.
Si esto revela que el sector ya tocó fondo, el gremio reiteró que “esperamos y confiamos que la producción del presente año se recuperará el próximo”.
La minería en los últimos doce meses ha exhibido una caída de 22.000 puestos de trabajo, pues en septiembre de 2015 alcanzaba 223.000 y en igual mes de este año llegaron a 201.000, según el INE.
Si se compara con el peak de ocupación en esta rama productiva, que se alcanzó en septiembre de 2012, con 261.000 trabajadores, con los últimos datos públicos, se observa una disminución de 60.000 trabajadores.
“Es preocupante la caída en la ocupación en la minería, por cuanto por cada empleo directo en este sector productivo se generan 2,5 a 3 empleos indirectos, de modo tal que el impacto es muy relevante”, destacó Merino.
Y considerando el efecto multiplicador de la inversión minera, afirmó que se debe “dar un impulso robusto a esta importante variable, a través de la agilización de permisos y más importante aun despejando las incertidumbres. En este sentido, es fundamental estar preparado para cuando el precio del cobre se recupere con fuerza”.