El nuevo Informe de Política Monetaria del Banco Central abre espacio a una política monetaria más estimulativa de lo que se preveía. Reduce la proyección de crecimiento y ajusta a la baja la proyección de inflación. La baja de tres cuartos de punto que aplica al crecimiento refleja un cambio en el diagnóstico respecto de la recuperación económica. Indica que los riesgos en este ámbito están balanceados, aun cuando las señales de actividad más recientes e incertidumbre global sugieren que el riesgo de un estancamiento económico es significativo. Para 2017 proyecta un crecimiento que se mantendría bajo el potencial, elevando aún más las holguras de capacidad de la economía.
El escenario más débil de la economía chilena se alinea con un mundo que crecerá menos de lo previsto hace unos meses, dando espacio para una mayor expansividad monetaria global. El Banco Central de Chile se hace parte de esta visión, estableciendo una mayor gradualidad en la normalización de tasas. Más aún, no debiera considerarse más de un aumento de TPM en 2016, con el propósito único de reafirmar el compromiso con la meta inflacionaria. Para comunicarnos esto, el banco establece como métrica las encuestas de analistas, en donde el grueso no ve alzas sino hasta el segundo semestre del año. En ese entonces la inflación estaría ya dentro del rango de tolerancia, por lo que no se descarta que definitivamente la tasa no se mueva dentro del año. Deberá ir precisándose mejor este mensaje.
En materia cambiaria, se advierte que la proyección de inflación en 3,6% a fin de año, contempla que el tipo de cambio se mantiene relativamente estable. Para destacar la importancia de este factor, se evalúa el coeficiente de traspaso de tipo de cambio a precios para distintos grupos de productos. Se recalca que en el corto plazo el traspaso es acotado. Recién a los seis meses pasa a ser más significativo, para alcanzar un valor más elevado al cabo de un año. Esto explica la alta persistencia que ha mostrado la inflación, en tanto la apreciación más reciente del peso se manifestará con más fuerza en menores presiones sobre precios, hacia la segunda parte del año.
El BC destaca con especial énfasis las dudas que se mantienen sobre el crecimiento de China. En primer lugar, hace ver las dificultades en el manejo macroeconómico, en especial en materia cambiaria, donde se han cometido errores. Resalta también la rapidez con que se ha elevado la deuda, para luego dar cuenta de los riesgos de un aterrizaje forzoso. De allí se desprende que la incertidumbre global continúa presente pese a las señales recientes algo más favorables.
El escenario que presenta el IPoM se alinea en términos gruesos con las expectativas del mercado. Da cuenta de una política monetaria más estimulativa respecto a lo que se contemplaba hace un trimestre, bajo un contexto de mayor debilidad económica. Hacia delante veremos tasas de interés más bajas, tanto local como globalmente, dando cuenta de un mundo menos dinámico y con riesgos aún latentes.