“Johnson & Johnson está en el camino hacia la recuperación”
El director ejecutivo de Johnson & Johnson difícilmente renunciará al menos hasta el próximo año...
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Por Andrew Jack
y Alan Rappeport
El director ejecutivo de Johnson & Johnson difícilmente renunciará al menos hasta el próximo año, ya que supervisa el relanzamiento de productos al consumidor que fueron sacados tras una dañina seguidilla de retiros que abatió al grupo estadounidense de salud en 2010.
En una entrevista con Financial Times, William Weldon enfatizó que su grupo muestra un desempeño fuerte en todas sus divisiones, habiendo asumido problemas de controles de calidad y la necesidad de un nueva cartera de medicamentos, lo que significó que factores macroeconómicos externos eran más importantes en determinar el crecimiento a futuro.
Weldon dijo que supervisaría personalmente la resolución de problemas con productos elaborados en tres fábricas, mientras defendía vigorosamente su manejo de problemas con marcas como Motril y Tylenol que llevaron a un “decreto de consentimiento” firmado en marzo con los reguladores estadounidenses.
“Queremos reponer los productos en el mercado. Hay ciertas cosas que quiero asegurarme que estamos haciendo y terminando de hacer que no me gustaría cargárselas a alguien más”, adelantó Weldon, añadiendo que “sentimos que para la segunda mitad del año y a principios del próximo, tendremos los productos de vuelta en el mercado”.
Sus comentarios siguen a los nombramientos en diciembre de Alex Gorsky y Sheri McCoy, como vicepresidentes para trabajar junto a Weldon, de 62. Ellos son vistos como los más probables candidatos para suceder al CEO en una carrera que se espera se encienda en los próximos meses.
“La transición natural en el tiempo sería que esta gente se desarrolle y que algún día yo me retire al atardecer, y uno de ellos siga en mi posición”, reflexionó Weldon.
El CEO rechazó las críticas de que el acercamiento descentralizado en la gestión de J&J, o las presiones para recortar costos, han llevado a los problemas del grupo, más notables en su fábrica de Fort Washington, donde un olor fétido que afectó a varios productos gatilló un retiro y una caída drástica de ventas.
Weldon afirma que la compañía hizo inspecciones detalladas y concluyeron que no había fallas sistemáticas a lo largo del grupo, con conflictos serios del control de calidad en sólo tres de 120 plantas. En cambio, argumentó que la solución, respaldada por
US$ 100 millones de inversión fresca, estaba en mejores garantías futuras.
Weldon también defendió los negocios diversificados y descentralizados de J&J y dijo que “no importa dónde se mire en nuestro negocio, nos sentimos muy bien al respecto... el reto para todos es el ambiente externo, ya sea la deuda soberana europea o el desempleo en EEUU”.