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La primavera árabe provocó un cambio fundamental en la estrategia de los palestinos

Ahora piden directamente a la comunidad internacional que reconozca su independencia y...

Por: Por Tobías Buck
 | Publicado: Lunes 30 de mayo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Cuando la “primavera árabe” finalmente alcanzó a Israel, llegó al mismo tiempo a las cuatro fronteras más sensibles del país.

El domingo 15 de mayo, miles de manifestantes con banderas palestinas marcharon sobre Israel desde Líbano, Siria, Cisjordania y Gaza, hostigando a soldados y guardias fronterizos. Varios cientos lograron incluso ingresar, desde Siria, a la zona de las Alturas del Golán, ocupada por Israel. Soldados israelíes abrieron fuego contra la multitud y mataron a más de una docena de los que protestaban.

Estos enfrentamientos fronterizos son un sangriento recordatorio para israelíes, palestinos y la comunidad internacional que el más antiguo conflicto en Medio Oriente no puede aislarse de los acontecimientos históricos que sacuden el mundo árabe. Las manifestaciones se produjeron, en parte, porque los árabes de todas partes están descubriendo el poder de la protesta popular. Pero también reflejan una nueva confianza en los palestinos, que ven su lucha de 44 años contra la ocupación israelí en el contexto de la batalla regional por la libertad.

“La ‘primavera árabe’ nos dio esperanzas en que el futuro sea diferente”, dijo Nabil Shaath, alto funcionario palestino y principal asesor de Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina.

Crucialmente, la “primavera árabe” coincidió con (y en realidad alimentó un vuelco sísmico en) la estrategia palestina: rompiendo con décadas de convención diplomática, los palestinos dicen que ya no están dispuestos a confiar en un proceso de paz con Israel patrocinado por EEUU. No tienen fe en el actual gobierno israelí, tienen poca confianza en EEUU y piensan que largos años de negociaciones no los han acercado a la independencia y al Estado propio. El objetivo es apelar directamente a la comunidad internacional y pedirle tanto a los gobiernos individuales como a las Naciones Unidas que reconozcan ese Estado.

Para algunos, este enfoque podría ser la antesala de un período de violencia e inestabilidad. Ciertamente alarmó a Israel, inquietó a EEUU y dividió a los europeos. Benjamin Netanyahu, el primer ministro israelí, dijo esta semana en Washington que se opondrá a cualquier avance hacia el reconocimiento. El presidente Barack Obama también ha rechazado la propuesta palestina. Sin embargo, hasta ahora ni los estadounidenses ni los israelíes han presentando un plan sobre el que pueda trabajarse para reiniciar un proceso serio de paz después de años a la deriva.

Por su parte, los palestinos aseguran que la “internacionalización”del largo conflicto sigue siendo su mejor, y tal vez su única, esperanza de obtener la independencia. Además, el reciente levantamiento árabe les permitió terminar por fin con la división entre el grupo islámico Hamas y el partido laico Fatah. Tras años de sangrienta rivalidad, firmaron este mes un pacto de unidad nacional que busca que una autoridad única gobierne la Franja de Gaza, actualmente bajo control de Hamas, y Cisjordania, dominada por Fatah. Los analistas coinciden en que este acuerdo no hubiera sido posible sin la intervención del nuevo liderazgo egipcio.

Según analistas y funcionarios palestinos, la unidad nacional es un logro importante por sí misma, pero también es vital para apuntalar su diplomacia. Hani al-Masri, un analista de Ramallah, señaló que las divisiones entre Cisjordania y la Franja de Gaza habían debilitado la campaña palestina por lograr el reconocimiento internacional: Mahmoud Abbas encontraba la situación sumamente difícil, especialmente porque planea ir a la ONU en septiembre para pedir el reconocimiento de un Estado independiente.

Shaath agregó que “19 años de negociaciones no produjeron nada, por lo tanto tuvimos que buscar una nueva estrategia, y esa es la estrategia de obtener apoyo internacional para un Estado palestino, y también lograr la unidad nacional”.

En la base de este enfoque está el intento de obtener reconocimiento para un Estado palestino independiente en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén oriental, territorios conquistados por Israel en 1967, en la Guerra de los Seis Días.

Desde fines del año pasado, Brasil, Argentina y varios otros países latinoamericanos han hecho declaraciones formales en las que reconocen un Estado palestino. Según fuentes palestinas, se están preparando otras declaraciones similares, algunas de países europeos. Pero todo palidece comparado con el esfuerzo por obtener, incluso en septiembre mismo, una resolución de la Asamblea General de la ONU reconociendo un Estado palestino.

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