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Las alzas salariales en China se sienten en los precios de todo el mundo


Las reverberaciones de las alzas salariales en China, junto con el rápido crecimiento allí y en otras economías emergentes, se sintieron en Frácfort la semana pasada.

Por: | Publicado: Martes 12 de abril de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Rahul Jacob y Chris Giles


Las reverberaciones de las alzas salariales en China, junto con el rápido crecimiento allí y en otras economías emergentes, se sintieron en Frácfort la semana pasada. Que haya que pagar más a los trabajadores chinos se traducirá en alzas de precios en los productos chinos importados por los países europeos, lo que hará la inflación permanentemente más alta y demandará acciones del Banco Central Europeo.

El BCE parece ya haber tomado medidas: el jueves, anunció la primera alza en las tasas de interés en tres años. Jean-Claude Trichet, presidente del banco, citó riesgos inflacionarios derivados en parte del “fuerte crecimiento económico en los mercados emergentes”, además de la “amplia liquidez a nivel global”.

No es sólo el BCE quien ve un futuro más inflacionario en China. El Banco Popular de China (emisor) elevó la semana pasada las tasas de referencia por cuarta vez desde octubre.

El FMI expresó preocupación en su Panorama Económico Mundial de que la escasez de crudo combinada con el rápido crecimiento en economías emergentes seguiría presionando los precios al alza año tras año. En febrero, James Bullard, presidente de la Fed de St Louis, se preguntó si las presiones inflacionarias podrían acumularse en EEUU a pesar del alto desempleo debido al poco espacio en la economía global.

Las potenciales consecuencias globales de las tendencias locales hacen imposible que las autoridades ignoren el mercado laboral chino y sus lazos con la economía global. El año pasado comenzó una nueva era con las protestas tras una serie de suicidios en la planta en Shenzhen de Foxconn, el contratista de electrónica, que se tradujo en un alza salarial de 20%. El resultado provocó más protestas, que marcaron un punto de inflexión. El gobierno se dio cuenta de que al apoyar a los empleadores, el sindicato oficial canalizaba la molestia de los trabajadores hacia el gobierno. Este año, las autoridades manifestaron su determinación de elevar los ingresos de los trabajadores subiendo en 20% el salario mínimo.

Las autoridades ahora temen que el futuro para las economías avanzadas sea uno de importaciones permanentemente más caras porque el acelerado crecimiento eleva los sueldos y el precio de las materias primas necesarias para la manufactura. En un mundo así, la mayor inflación importada debe compensarse con una menor inflación doméstica o los gobiernos deben aceptar una aceleración de las alzas de precios.

Dicho eso, tres factores mitigan el impacto potencial de los mayores sueldos en China, según algunos economistas.

Primero, la mano de obra más cara en China aún representa sólo una fracción del precio final de los bienes vendidos en Europa y EEUU. Segundo, los niveles de productividad en China no están congelados: se han disparado en los últimos 20 años. Tercero, a medida que los salarios chinos suben, parte de la producción se traslada a economías de menores rentas, manteniendo bajo el precio global.

Las mejores perspectivas para los trabajadores chinos no son un desastre para las economías avanzadas, pero es probable que los días de las importaciones chinas baratas estén terminando. Si China ya no exporta deflación, los precios domésticos en Europa y EEUU tendrán que mantenerse bajo control más estrecho en el futuro.

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