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Trump evalúa poner a un político al frente del FBI, desatando amplio rechazo

Por: David J. Lynch | Publicado: Martes 16 de mayo de 2017 a las 04:00 hrs.
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Washington

A medida que busca designar un remplazo para el despedido director del FBI James Comey esta semana, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está considerando una opción riesgosa para llenar el puesto de la mayor agencia de investigación del país, que nunca antes se ha intentado.

La lista de candidatos de Trump para el FBI incluye a al menos tres hombres con un historial político partidista. Ninguno de los últimos siete directores que desde que J. Edgar Hoover se convirtió en el primer jefe del FBI en 1935 había tenido un pasado en la política.

“La agencia responderá a quien sea que esté en esa posición”, dijo Ernest Babock, exdirector asistente adjunto del FBI. “Pero la persona debería tener una carrera ligada a lo policial o a la inteligencia”.

El presidente evalúa a cerca de una docena de candidatos para reemplazar a Comey, a quien él mismo despidió el 9 de mayo. La lista incluye a jueces, actuales agentes del organismo y dos exoficiales de la administración de George W. Bush, cualquiera de las cuales podría ser la primera mujer en liderar el FBI. Trump ha dicho que es “posible” que anuncie su decisión antes de comenzar un viaje internacional este viernes.

La pista de Rusia

Tras la abrupta salida de Comey la semana pasada, los demócratas acusaron al presidente de intentar obstruir la investigación del organismo sobre los vínculos entre su campaña y Rusia. Tras varios días de cambiar las explicaciones de la Casa Blanca, Trump dio más crédito a esas preocupaciones, al decir en una entrevista televisiva que había actuado “por este tema de Rusia”.

Al menos tres de las personas consideradas para reemplazar a Comey son o fueron políticos republicanos. El senador John Cornyn, el segundo a bordo de la mayoría senatorial, el parlamentario Trey Gowdy, quien presidió el comité que investigó el ataque a la sede diplomática en Benghazi, Libia, y el exparlamentario Mike Rogers, agente retirado que lideró el comité de inteligencia de la Casa Blanca.

El sábado, una asociación que representa a 13.000 agentes retirados del FBI, apoyó a Rogers, al decir que su tiempo en el congreso estuvo marcado por “una actitud no partidista y colaborativa”.

En 1973, el congreso cambió el mandato del director a un período de diez años, tras los amplios abusos de la administración de 48 años de Hoover. El legendario personaje guardaba archivos secretos para chantajear a políticos y ordenó vigilancia ilegal de activistas anti-guerra y líderes de derechos civiles, incluyendo a Martin Luther King.

Proceso de confirmación

Seleccionar a un republicano para que encabece el FBI mientras se investiga al equipo del presidente garantizaría una cacería durante el proceso de confirmación ante el senado. El líder de la minoría Chuck Schumer dijo el fin de semana que el próximo director de la agencia no debería ser “un político partidista, de ninguno de los partidos”.

Vin Weber, excongresista republicano, dijo que confirmar a un director de carácter político sería difícil. “Hay momentos en que sería una medida apropiada”, señaló. “Este no es uno de esos momentos. La mayoría de los republicanos se sentirían muy divididos sobre ello”.

Asumiendo que los 48 demócratas se opusieran al candidato, los republicanos podrían resistir solo dos deserciones, con lo que el vicepresidente Mike Pence rompería el empate de 50 a 50.

Hasta ahora, los senadores Lindsey Graham y Angus King han manifestado su preocupación con la idea. King señala que el nuevo director “no debería tener inclinaciones políticas particulares”.

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