La incertidumbre en los mercados llevan a los inversionistas a migrar a los activos refugio, entre los cuales siempre han ocupado los primeros lugares de la lista los bonos del Tesoro de EEUU, el dólar y el oro. Sin embargo, luego de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el metal precioso parece no ser atractivo como los otros dos clásicos refugios.
Desde ese 8 de noviembre, mientras el dólar y las tasas en Estados Unidos han subido como espuma, el metal ha perdido un 8,4% de su valor, y las proyecciones para el mediano plazo no son más auspiciosas, específicamente de cara al 20 de enero próximo, fecha en que Trump llega a vivir a la Casa Blanca.
Las perspectivas
De acuerdo a un reciente análisis de xDirect en el largo plazo el metal podría ubicarse en los US$ 1.050 la onza, lo que significaría una caída de 10,9% desde los US$ 1.178 en que la onza de oro se encuentra hoy.
Además se trata de niveles que no se ven desde comienzos de diciembre de 2015.
Sin embargo, esta visión de largo plazo de todos modos contempla una subida en el valor del metal en el mediano plazo, ubicándolo entre los US$ 1.200 y US$ 1.140 tras la asunción de Donald Trump.
Según Renato Campos, jefe de análisis xDirect, “si analizamos el contexto en el cual se mueve el metal hoy en día, las políticas de Trump resultarían relevantes” y, al preguntarse ¿Cómo podrían afectar a la cotización?, agrega que las cifras fundamentales para el commodity en la actualidad, responden en primera instancia a la caída en la demanda de Asia.
“En tanto, la victoria de Trump se traduce en tasas de interés altas que pueden perjudicar la curva de inversiones en activos como el oro y los niveles a considerar en el largo plazo se podrían traducir en caídas hacia los US$ 1.050 la onza”, explica el analista.
De hecho, la Reserva Federal de EEUU ya en diciembre subió la tasa de interés en ese país y para este año se proyectan hasta tres alzas adicionales.
Por su parte, respecto de si esta proyección a la baja en el precio del commodity es muestra de que pierde interés como refugio, el analista explica que “el oro sigue siendo un instrumento refugio por excelencia; lo que sucede en la actualidad es que diversos factores de demanda y bien macroeconómicos se conjugan afectando a la cotización del metal precioso”.
De todos modos, Campos destaca que el metal partió este 2017 positivamente y acumula un alza de 1,47%, esperando que a lo largo del año estabilice su cotización bajo los US$ 1.200.
Ayer el oro cerró en US$ 1.176,1 la onza, con una caída diaria de 0,16%.
