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La derrota de Erdogan suma más desafíos para una complicada Turquía

El presidente Recep Tayyip Erdogan se verá forzado a reagruparse después de que su partido sufriera un duro revés en las elecciones municipales de ayer: perdió en Ankara y Estambul.

Por: Financial Times | Publicado: Lunes 1 de abril de 2019 a las 11:49 hrs.
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Recep Tayyip Erdogan se esforzó por lograr un tono tranquilizador cuando se dirigió a sus partidarios desde el balcón de la sede de su partido gobernante en las primeras horas de la mañana de hoy.

Pero, detrás de la fachada optimista, el presidente turco estaba muy consciente de que había sufrido uno de los resultados electorales más difíciles de sus 16 años en el poder. "Si tenemos deficiencias, es nuestro deber solucionarlas", dijo ante la multitud en pleno reconocimiento de su duro revés.  

Habiendo perdido Ankara, la capital de la nación, y enfrentado una amarga disputa sobre el resultado en Estambul, Erdogan deberá ahora sumar la necesidad de arreglar su disminuido apoyo a la variedad de desafíos nacionales e internacionales que ya enfrentaba.

"Es un resultado terrible para Erdogan", dijo Berk Esen, profesor auxiliar de relaciones internacionales de la Universidad Bilkent en Ankara. "Hay crisis económica, hay crisis internacional por un enfrentamiento continuo con Estados Unidos. Al mismo tiempo, hay una derrota electoral que demuestra a sus socios internacionales y a sus oponentes locales que es bastante vulnerable". 

Aunque Erdogan no era candidato en la votación del domingo, luchó en la campaña por el control de las 81 provincias de Turquía como si fuese una elección general. Intentó distraerse de las quejas sobre los altísimos precios de los alimentos y el aumento del desempleo al emitir el voto como una batalla por la supervivencia nacional frente a las amenazas externas. Su rostro estaba en pósters en ciudades y pueblos turcos, y zigzagueaba por todo el país en un agotador programa de mítines de campaña.

Efecto dominó

El líder turco luchó tan fuerte porque sabe por experiencia personal cómo la victoria a nivel local puede desencadenar un efecto dominó. Fue elegido alcalde de Estambul en 1994 tras una ola de apoyo a la política islamista. Ocho años más tarde, el partido Justicia y Desarrollo (AKP) que él fundó llegó al poder nacional.

Nadie predice un inminente fin para Erdogan. El político de 65 años sigue siendo por mucho el político más popular del país y muchas veces ha logrado sortear las dificultades. Pero la pérdida de Ankara y de una serie de potencias económicas a lo largo de la costa sur del país -incluida la ciudad industrial de Adana y el centro turístico de Antalya- envia un mensaje claro a la alianza política liderada por el AKP.

"Sobreviven", dijo Asli Aydintasbas, miembro senior del think-tank Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. "Pero no tienen la confianza de los votantes en las grandes ciudades, incluyendo los mejores y más brillantes, la élite industrial y la clase media". 

Volver a ganarse a la gente será el foco central para Erdogan, mientras busca su sueño de presidir las celebraciones del centenario de la república turca en 2023.

Desafíos por delante

Pero primero el presidente turco debe enfrentar algunos desafíos más apremiantes. En las semanas y meses por venir, se enfrenta a una inminente confrontación con Washington sobre el plan de Turquía para comprar un sistema de defensa aérea S-400 de Moscú. También debe encontrar una manera de salir del estancamiento sobre el futuro del norte de Siria después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, prometiera reducir la presencia estadounidense en el país.

La fuerte demostración la noche del domingo de un grupo de ultranacionalistas aliados con el AKP puede complicar ambas cosas. El partido Movimiento Nacionalista (MHP) tiene profundas sospechas de potencias extranjeras y adopta una postura de línea dura hacia los militantes kurdos en Siria, lo que potencialmente limita la capacidad de Erdogan para alcanzar un compromiso.

Pero la tarea más desalentadora que enfrenta el presidente turco es la urgente necesidad de solucionar problemas profundamente arraigados en la economía, que se agravaron después de la crisis monetaria del año pasado que hizo que la lira terminara, en 2018, casi un 30% más débil frente al dólar. La lira cayó un 2,5% a 5,69 unidades por dólar a principios de la jornada en Londres.

Inversionistas preocupados

Erdogan intentaba el domingo tranquilizar a los inversionistas después de una semana tórrida para los activos turcos en los días previos a la votación. En un marcado contraste con su retórica en la campaña electoral, cuando atacó a especuladores extranjeros y criticó las altas tasas de interés, el presidente turco prometió "adherirse a las reglas de una economía de libre mercado" y centrarse en impulsar la tecnología y las exportaciones.

Aún así, él y su yerno, el ministro de Finanzas Berat Albayrak, necesitarán explicar rápida y claramente sus planes en detalle para recuperar la confianza de los inversionistas que se quedaron atónitos con los métodos utilizados para apuntalar la lira en la cuenta final para la votación.

Algunos expresaron su preocupación antes de la votación de que un resultado pobre para el AKP y sus socios de coalición de facto podrían disminuir el alcance de reformas audaces. "El peor resultado (para los inversionistas) es si la elección muestra un mayor debilitamiento de la coalición AKP y hace que el gobierno se muestre más aprensivo", dijo Esther Law, gerente senior de inversiones para deuda de mercados emergentes en Amundi, una casa de fondos.

Entre las decisiones tomadas el domingo, que imprimieron alivio casi universal, fue el compromiso de Erdogan de que no habrá más elecciones hasta 2023.

Tras 13 elecciones en los últimos 12 años, los votantes turcos están exhaustos, los aliados occidentales del país están cansados ​​de la xenofobia en la campaña, y los inversionistas están desesperados por acabar con la búsqueda del crecimiento alimentado por el crédito a expensas de todo lo demás. "De ahora en adelante, no estaremos atados a elecciones constantes", prometió Erdogan al electorado y a sus cansados ​​activistas del partido. "Ahora, solo vamos a mirar hacia adelante".

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