El reservado “cónclave” previsional de Hernán Cheyre
Hubo opiniones dispares sobre el alcance que puede llegar a tener el Consejo Administrador de los Seguros Sociales (CASS), habiendo algunos que lo preferían ante la alternativa de una AFP estatal.
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Una conversación con el asesor presidencial en temas previsionales, Augusto Iglesias, se llevó a cabo el martes en la Universidad del Desarrollo. En el marco de la iniciativa Diálogos de Economía del Futuro que dirige el director del CIES, Hernán Cheyre, se reunió a debatir sobre la nueva institucionalidad que se propone en el proyecto de reforma un grupo de 20 personas, entre los que se encontraban Andrea Tokman, Alvaro Clarke, Patricio Arrau, Carlos Díaz, Fernando Bustamante, Ernesto Silva, Klaus Schmidt Hebbel, Rafael Bergoeing, Vesna Mandakovic, Álvaro Donoso, Fernando Larraín, Mauricio Rojas, Matías Lira, Rodrigo Gutiérrez y Francisco Mozó.
Esta instancia de diálogo que organiza la UDD se lleva a cabo bajo lo que se conoce como las "Reglas de Chatham", que consiste en que los participantes pueden compartir posteriormente con terceros los contenidos y las opiniones vertidas, pero sin identificar quién dijo cada cosa en particular.
Consultado Hernán Cheyre sobre lo que se debatió en este "cónclave", señaló que hubo opiniones dispares sobre el alcance que puede llegar a tener el Consejo Administrador de los Seguros Sociales (CASS) -el "ente"- habiendo algunos que lo preferían ante la alternativa de una AFP estatal, por considerar que ante la dificultad de establecer reglas de participación que sean efectivamente iguales que las de las AFP privadas, se arriesga terminar con una industria dominada por un administrador estatal, con todos los riesgos de captura política que ello implica, dejando fuera de competencia a los operadores privados.
Los defensores del "ente" argumentaron que si bien en la práctica lo que surgiría del CASS es una duplicación del actual sistema de AFP -ya que a fin de cuentas los fondos previsionales serían administrados por entidades privadas de similar naturaleza-, incurriéndose innecesariamente en mayores costos de operación, al menos esto permitiría mantener los pilares fundamentales de un sistema basado en la capitalización individual.
Donde hubo consenso fue en la necesidad de que la reforma se haga cargo no solo de las pensiones futuras, sino que aborde con mayor fuerza de lo que está planteado en el proyecto de reforma respecto de las pensiones actuales, pero sin recurrir a mecanismos de seguro financiados con cotizaciones adicionales, que a la larga constituyen un sistema de reparto encubierto.